viernes, 17 de abril de 2015

"Auschwitz, o el Guetto de Varsovia con los ojos de Fredka" por @unbacarisuelto

Ayer estuve tomando un café con una amiga de quien ya les he hablado en un par de oportunidades. Alfreda "Fredka" Padova —en la foto— .Me encontré con una persona que sobrevivió el holocausto y que se niega a hablar de su pasado.
Hoy se conmemora en Israel el día del holocausto y de la heroicidad. Ella está empecinada en que se festeje, y no que se “conmemore”. Ese es el trato que ella pretende, se le dé a este día; este relato es de ella y solo de ella; es su opinión; su forma de ver las cosas. Pueden estar o no de acuerdo, juzgarla o felicitarla. Tomen en cuenta, también, que hablé con ella de política y, como muchos otros ciudadanos, está muy enojada con gran parte del pueblo luego del resultado de las últimas elecciones y quizás de ahí sus analogías.
Este es un resumen de su opinión y de su deseo:
—Cuando se menciona al holocausto como algo terrible, es como decir que es una manzana podrida. Las palabras matan lo que representan. El día del holocausto debería ser un día de alegría. Cientos de miles nos salvamos, volvimos a vivir, formamos familias... Pero en Israel siempre se prefirió hablar sobre la muerte. Nosotros estamos desapareciendo y no quedará quien cuente este lado de la historia. David Ben Gurión definió el holocausto como algo malo; habla de Auschwitz en lugar de hablar del Gueto de Varsovia y esa decisión política sigue vigente hasta ahora. Que no te queden dudas de que se trata de una decisión política: Las sirenas, el duelo, los programas de televisión … Podían haber tomado una decisión diferente y ahí es cuando se equivocan.
El levantamiento del Gueto de Varsovia — no será lindo de escuchar— fue iniciado por un grupo de jóvenes que solo quería vengarse. No quisieron ser Metzada, pero lo fueron. Quienes no murieron entre los líderes jóvenes —que pasaron a ser los héroes del pueblo— se escaparon por las cloacas que los llevarían como refugiados a algún otro lugar. Ellos llegaron a Israel y trajeron consigo la noticia. En Auschwitz, las personas se convirtieron en los más grandes héroes de la historia, pero no solo los muertos. Quien se salvó fue por su cobardía, su inteligencia, astucia o simplemente por que buscó la suerte y la encontró. Los sobrevivientes tendrían que ser, también, héroes de este pueblo, pero a ellos se les dice que sobrevivieron porque traicionaron, porque en vez de quedarse y luchar se escaparon y evitaron morir de manera heroica.
Mañana deberíamos festejar el día de la salvación, de la heroicidad de los que sobrevivimos. Fijate cómo nos cuentan la historia: El ayuno de Tisha Ve av perpetúa el recuerdo del Templo que cayó, a pesar de que Moshé, uno de los grandes judíos, pidió evitar todo acto religioso que eternice algo que no sea Dios; él nos enseñó que Dios está en todos lados y a él es a quién debemos glorificar, no a una pared, una tumba o incluso un Gran Templo. En Yavne nació el judaísmo que se fugó de Jerusalem y así nace un nuevo pueblo judío. Nos cambiaron los paradigmas y de ahí sólo nos educan en base a Eretz Knaan y Auschwitz. ¡Error!
¿Por qué no agarrar a los jóvenes israelíes, y en lugar de llevarlos a la Tumba de los Patriarcas —lo cual es una lección de muerte— se los lleva a la casa de los sobrevivientes del holocausto que Israel dejó de lado con brutalidad? ¿Porqué no agarrar la plata que se invierte en llevar miles de jóvenes a eternizar el campo de concentración o exterminio de Auschwitz en Polonia, y dárnosla a nosotros para regalarnos un poco más de vida? Acá todo se va haciendo chiquito hasta que desparece. ¿Qué tiene que ver el Sionismo con la Tumba de los Patriarcas? ¿Qué tenemos que ver nosotros con la muerte sagrada del pasado? Tenemos para motivarnos la tradición de Metzada y de Janitah, de la Aliá Bet y del nacimiento del Estado. ¿Porqué buscar todo el tiempo tumbas que no se mueven? Nuestros padres en la época del Tanaj no tomaban la muerte como nuestros vecinos de Egipto o de Babilonia. No había "otro mundo"; la muerte era volver a ser la tierra de la cual venimos. No se sabe dónde están enterrados los héroes del Tanaj, más allá de aquellos que fueron “inventados” con el tiempo por gente que no entiende cuál era la fuerza del pueblo judío cuando construía, vivía y luchaba en su territorio. Todo eso ocurrió mucho antes que los Cohen transformaran el templo sagrado en una esclavitud dependiente de ídolos.
¿Por qué no festejar mañana la formación del Estado? A los 120 mil maapilim que por caminos sin caminos llegaron para enfrentar al ejército Británico y su fuerza naval. Más de 60 barquitos en el corazón del mar, lucharon contra un ejército poderoso y una población enemiga que trataba de matarnos y hundirnos en alta mar, a nosotros, los sobrevivientes del holocausto que solo deseábamos una cosa: "Llegar a casa".
Levantamos un país en un territorio lleno de enemigos —ya que en el mundo prácticamente no había puertas abiertas para nosotros— y con los árabes combatiendo contra nuestra Alia, mientras los alemanes aún querían exterminar "solamente" a los judíos de Europa. Ciento cincuenta mil personas que escaparon de Alemania, Polonia o Austria consiguieron llegar a pesar de la negativa de los árabes, que se ocuparon de asesinar a más de 600 de ellos.
Llegó el año 1939; los ingleses entraron en la guerra, ellos estaban necesitados del petróleo que llegaba a Haifa desde Iraq, y apareció el Libro Blanco. Dejaron de "salvarnos".
Seamos sinceros; todo lo que había acá, cercado por la tragedia, el poder de la fuerza, el odio y la enemistad era algo irónico y trágico. Jóvenes sobrevivientes sin idioma lucharon en la guerra de la independencia. ¿Saben aquellos que salen con el serrucho a buscar tumbas de profetas, que no existen, y si existen son sólo místicas? ¿Que en la segunda mitad de la guerra el cincuenta por ciento de los soldados eran sobrevivientes del holocausto? El Palmaj hizo una gran obra cuando les dio a aquellos soldados lugares donde dormir, pero eso no lo sabe nadie; ¡Ese es el verdadero Gran Templo del pueblo judío!
Hay duelo, en cada una de las familias del país sean de Europa o de los países Balcánicos. Hubo millones de muertos. Solo de mi familia hay sesenta que terminaron todos juntos en un solo pozo, pero en Rosh Hashaná festejamos el año que viene, y no el que se fue; el futuro necesita ayuda, apoyo, optimismo y amor, no solo de ese pasado que se quedó sin futuro. Démosle este día a los héroes, a nosotros que sobrevivimos; agarremos a los gobiernos que se despreocuparon de nosotros y nos dejaron para que nos pudramos solos; a nosotros que alguna vez nos llamaron jabones y que no nos dejamos transformar en tales. Ustedes los jóvenes agarren a los gobiernos y llévenlos por la fuerza a nuestras casas a que nos den las gracias.
Yad Vashem, por más importante que sea, parece ser el Disneyland de Israel. ¡Frank Sinatra reza con una kipah en la cabeza en el lugar en el cual se eterniza la muerte del pueblo judío! ¿No es un absurdo? Ustedes los jóvenes no dejen al holocausto ser un arma política; ya lo ha sido. La Tumba de los Patriarcas es un pasado que no fue, en cambio, el holocausto es un pasado que existió y que merece que lo festejemos; hagamos de este día la Mimuna (fiesta tradicional de los judíos de Marruecos) de los ashkenazim; respetemos a la vida como nos enseña el judaísmo y no la muerte como lo hacen eternamente nuestros vecinos con los faraones egipcios—.
Pd: El post estaba programado para ser publicado el mismo día del holocausto pero decidimos esperar a que pase ese día para no lastimar a nadie y para que se tome este relato como un testimonio interesante de alguien que vivió en primera persona todos los acontecimientos.

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