sábado, 30 de mayo de 2015

La Mentira de Laodicea

Por David Wilkerson
Gracias Pastor Ruben Herrera
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Hermanos y hermanas – ésta es la GENERACIÓN TIBIA. Usted no necesita ser un teólogo para comprender que hemos llegado a la era de Laodicea de la cual Jesús profetizó que surgiría en los últimos días. Simplemente compare lo que Jesús dijo acerca de la iglesia tibia de Laodicea con la que hoy en día es llamada la Iglesia de Jesucristo. Jesús advierte que es mejor que el que tiene oídos oiga lo que el Espíritu Santo está diciendo acerca de este sistema religioso.
Jesús claramente advirtió que una iglesia surgiría en los últimos días de esta civilización, la cual se jactaría de ser rica, creciente y aumentando en miembros, y autosuficiente. En otras palabras, una iglesia con gran influencia, adquiriendo reconocimiento y poder, y la cual rechazaría toda corrección o escrutinio.
Jesús dijo de esta iglesia, "Tú dices… yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…" (Ap. 3:17). Cuán triste es que esta iglesia en particular, arrogante y jactanciosa, sea anunciada por cristianos con poco discernimiento como la gloriosa iglesia de poder y dominio de los últimos días y que controlará el mundo haciendo que Jesús regrese como Rey. ¡Esta es la mentira de Laodicea! Un alma querida escribió lo siguiente, “¿No se da cuenta, señor, que nuestro próximo presidente será un hombre lleno del Espíritu y que habla en lenguas? ¿No sabe usted que todos estos proyectos de construcción de grandes edificios por evangelistas, son ordenados por Dios? El Señor está entrenando líderes, desarrollando grandes proyectos para que ellos se puedan colocar en posiciones en el gobierno, habiendo aprendido todo acerca de altos financiamientos y construcción. La iglesia va a tomar posesión del gobierno – líderes llenos del Espíritu van a hacer las leyes, quitando aborto, pornografía y crimen. Dios ha levantado una iglesia poderosa para tomar el dominio ahora”.
El elemento principal del concepto de "El Reino de Dios sobre la tierra" es aquél de un gobierno perfectamente justo, abarcando a todas las naciones; bajo este gobierno cesarán toda injusticia, opresión y lucha, los males de la pobreza no serán más conocidos, y todos los hombres habitarán en paz y prosperidad como hermanos.
Lo que me alarma es que muchos fundamentalistas ahora están compartiendo ideas similares tipo Pollyanna acerca de la función de la iglesia americana moderna. Me parece que se están jactando demasiado, “¡Hemos llegado! Tenemos de treinta a cuarenta millones de evangélicos. Tenemos líderes simpáticos, populares y con mucha facilidad de palabra. Tenemos el dinero, la capacidad, la experiencia y un número creciente de miembros que se unirán a nosotros -- ¡tomemos el dominio!”.
He oído a pastores de grandes iglesias carismáticas jactarse, "Voy a construir la iglesia más grande de América, porque los números significan poder, influencia. Debemos tener una iglesia lo suficientemente grande y poderosa para que pueda aplicar con fuerza la moralidad y la voluntad de Dios en nuestra nación y en nuestras comunidades." ¡Así es de descarada y orgullosa!
Esta iglesia orgullosa, rica y arrogante ahora codicia poder. No el poder de Dios – sino el poder político. Ambiciona la Casa Blanca, el Congreso y la Corte Suprema. Puesto que hemos fracasado en traer un avivamiento de arrepentimiento semejante al de Jonás y un cambio en los corazones de los hombres; tomaremos, según algunos, los reinos del gobierno y legislaremos justicia.
Suena tan piadoso, tan espiritual y vital. Así como Israel, mucho del pueblo de Dios está clamando por un púlpito Imperial – con un líder espiritual quien desarraigará los fuertes poderes del mal y establecerá un nuevo sistema moral. El dedo acusador de la voz profética y el atalaya gimiente están para ser reemplazados por la refinada pluma de congresistas cristianos decretando leyes morales.
Aunque usted no lo crea,
esta es la iglesia que Dios
va a vomitar de su boca.
Dios no está impresionado en lo más mínimo con esta iglesia que tiene una estima hinchado de sí misma. La iglesia tibia de Laodicea no está destinada a dominar, ni a tener poder o autoridad de ninguna clase. ¡Está destinada a juicio! Es la peor clase de ceguera espiritual alinearse con aquellos que presumen que la iglesia americana moderna, carismática u otra, se enfrenta a su mejor época. Qué falta tan increíble de discernimiento espiritual. Yo, por mi parte, debo alinearme con lo que Jesús dijo de la iglesia de los últimos días.
Jesús arranca la máscara y expone la verdad acerca de la iglesia de Laodicea. No es lo que piensa que es – no es lo que dice que es. No es rica -- ¡es pobre! No va en aumento – ¡es despreciable y a punto de ser cortada para siempre! No es fuerte y sin necesidad de nada – ¡está desnuda y avergonzada! No es una iglesia con nueva revelación y conocimiento profundo de las Escrituras -- ¡Jesús dijo que ESTA CIEGA! No va a ser el vehículo del dominio de Cristo sobre la tierra, sino más bien el objeto de su ira y aborrecimiento.
La iglesia de Dios es un remanente
triunfante, despreciado y perseguido.
Usted puede estar seguro de que Dios tiene su pueblo en estos días finales, pero son un remanente despreciado, santo y separado. Estas personas santas del remanente caminan en la luz y disfrutan de gran discernimiento espiritual. Ellos ven la moderna iglesia de Laodicea a través de los ojos de Jesús y no van a ser engañados por el esplendor, grandeza o pompa de la religión popular. La verdadera iglesia es invisible; existe en ella un gran arrepentimiento; anhela el regreso de Cristo, el Amado.
La verdadera iglesia no puede disfrutar del favor y buena voluntad del mundo. ¿Creemos y temblamos ante la Palabra de Dios o no? ¿Cuándo vamos a enfrentar lo que Jesús dijo que les esperaba a los que se negaban a sí mismos, tomaban su cruz y le seguían? Jesús dijo, “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado” (Jn. 15:18-21).
Hablando de lo que les pasará a los santos en los últimos días, Jesús dijo, “Os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre” (Lc. 21:12).
Jesús continuó advirtiéndoles acerca de traición, y “… matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre” (Lc. 21:16-17).
Pablo declara enfáticamente, “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti. 3:12).
Es absolutamente imposible para la iglesia verdadera, o cualquiera de sus líderes, ser aprobados o aceptados por el mundo. Un hombre piadoso, una iglesia piadosa será perseguida y difamada por el mundo, por sus reyes y sus gobernantes. Jesús no va a permitir ninguna excepción a esta regla – ya que advirtió, “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas” (Lc. 6:26).
¡Ay de esta iglesia de Laodicea y sus aspiraciones políticas! Si el mundo los acepta, sólo puede ser el resultado de quitar la afrenta de la cruz. Por casi dos mil años la iglesia de Jesucristo ha sido rechazada y perseguida por el mundo. La sangre de millones de mártires rechazados clama desde la tierra. Por siglos, hombres y mujeres de Dios guiados por el Espíritu han sido quemados en la hoguera, aserrados, perseguidos y cazados como animales. Santos piadosos fueron decapitados; otros fueron ahogados; muchos fueron arrojados a los leones. La Biblia dice que todos murieron en fe y que el mundo no era digno de ellos. ¿Tengo ahora que creer que Jesús ha cambiado de parecer y ha decidido cerrar las edades con una iglesia tibia, rica, mimada, jactanciosa, egocéntrica? ¿Acaso el último ejército de Dios estará formado por promotores políticos en busca de votos? ¿Acaso los ganadores de almas serán reemplazados por solicitantes yendo a las carreteras y a los caminos buscando firmas para alguna causa social?
¡La gran preocupación de Dios es con la
iglesia que se dice ser bautizada por el Espíritu!
Hace mucho tiempo que la iglesia muerta, fría y liberal ha sido abandonada a sus caminos pecaminosos – no es la principal preocupación de Dios en estos últimos días. Hay denominaciones completas que se han vuelto paganas – el Espíritu de Dios las dejó hace muchos años. Pero el enfoque de Dios está, tanto en las iglesias evangélicas y carismáticas, en los compañerismos y ministerios organizados como en los no organizados. Es del cuerpo de creyentes carismáticos de donde ha salido toda la predicación de la prosperidad. Aquellos que se dicen ser bautizados y guiados por el Espíritu Santo, son los que andan diciendo: “Dios te quiere rico, lleno de bienes y autosuficiente en todas las cosas.” Es de este cuerpo que las nuevas doctrinas del dominio de la tierra han nacido.
He sido un predicador carismático por más de 30 años y puedo decir con Pablo: “Hablo en lenguas más que todos vosotros.” Pero me aflijo por las seducciones y falsas doctrinas que están ahora barriendo con tantos creyentes carismáticos faltos de discernimiento. Multitudes de ellos están siendo engañados, acribillados, estafados y arrastrados por doctrinas de demonios.
Lo que Dios lamenta es LA MEZCLA siendo introducida en círculos carismáticos. Mezcla es sinónimo de tibieza. Usted encuentra esta mezcla dondequiera que mire en estos días. Asista a un, así llamado, concierto de rock cristiano por ejemplo. Qué mezcla tan increíble. Casi siempre empiezan diciendo, “Estamos aquí sólo para ministrar a Jesús – para glorificarlo.” Escuchará una dulce plática acerca de santidad, arrepentimiento y de renunciar a todo por Jesús. Luego, de repente el espíritu de Elvis Presley parece que cae sobre ellos y son transformados enfrente de sus ojos en rockeros apasionados, descarados, sensuales rockeros endurecidos. Antes que el evento termine, los oirá jactarse, “Vamos a llevar a Jesús a donde la iglesia nunca va. ¡Dentro de bares, conciertos seculares, MTV programa de música en televisión! Estamos orando para que Dios nos dé el oído del mundo. Queremos llegar a la misma multitud que llega el mundo.”
Si voy a creer lo que Jesús dijo – les serian lanzados tomates y serian corridos del escenario por esa gentuza del mundo – eso es, si realmente ministraran en el Espíritu. Entre más canten para Jesús, más serán odiados y despreciados. Los cantantes del evangelio que son alabados y aceptados por el mundo, han perdido la presencia de Jesús – la misma causa del rechazo. El evangelio de Jesucristo es una ofensa al judío y locura al gentil.
La mentira de Laodicea incluye él
rechazo al repentino e inminente
regreso de Cristo.
¿Puede usted creer lo que están predicando ahora? Ellos están diciendo: “Jesús no puede venir, sino hasta que dominemos el mundo. El no puede venir hasta que tomemos el dominio y lo traigamos de regreso a un mundo al cual hemos traído a sumisión.” Se burlan de un repentino e inminente regreso de Cristo. Jesús dice que un “siervo malo” es el que dice en su corazón, “Mi Señor tarda en venir” (Mt. 24:48).
Este tipo de enseñanza es el resultado directo del decaimiento espiritual, tibieza y cansancio de cargar la cruz. Cuándo el amor por Jesús está encendido, hay un anhelo por su pronto regreso – hay un anhelo “¡de estar con él, de contemplar su gloria!” Pero ahora, como el pecado abunda, el amor de muchos se ha enfriado; el sacrificio propio y la negación de sí mismo son repudiados; y la iglesia corre en busca del honor y el poder de este mundo.
Ahora se mofan en la idea de que los creyentes serán “transformados en un abrir y cerrar de ojos” (1 Co. 15:51-52). Han colocado la venida del Señor en un futuro remoto y su principal preocupación no es lo que Cristo está haciendo, sino lo que la iglesia está haciendo. El interés actual no es interno, sino externo – alcanzar más miembros, crecer en influencia y establecer un reino terrenal.
Jesús dijo: “He aquí yo vengo pronto” (Ap. 22:12). Pablo escribió: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche… Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón” (1 Tes. 5:2-4). Pedro también confirmó el regreso repentino del Señor: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (2 Pe. 3:10).
Jesús le advirtió a la iglesia de Sardis que fueran vigilantes y expectantes – y que se arrepintieran o serían tomados por sorpresa. “Guárdalo y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Ap. 3:1-3).
¿Por qué debe velar cualquier cristiano y estar alerta si la venida de Cristo ha sido pospuesta para alguna hora lejana? Vamos a creer en predicadores modernos y tibios, o vamos a descansar nuestra fe en lo que Jesús dijo, “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mt. 24:44).
Jesús nos advirtió, “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt. 25:13). Esa es la manera en la que los cristianos apostólicos del Nuevo Testamento vivían en el primer siglo. Compartían el deseo intenso de Pablo de “partir y estar con el Señor.” Estaban ocupados haciendo la obra del Señor, ocupados y obedeciendo sus mandamientos – pero así como Abraham, buscaban una ciudad cuyo constructor y creador es Dios.
Los predicadores de la doctrina del reino y del dominio espiritualizan todo lo que tenga que ver con el pronto regreso de Cristo. ¿Pero cómo se espiritualiza el mandamiento de Jesús tan práctico: “Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad” (Mc. 13:35-37)?
La corona de justicia que el Juez dará en aquel día está reservada sólo para “LOS QUE AMAN SU VENIDA” (2 Tim. 4:8). Yo le pregunto a usted, ¿anticipa su pronto regreso? ¿Lo anhela? ¿Es su regreso por sus escogidos todavía su esperanza? Lo era para Pablo quien escribió: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).
Las últimas palabras de Jesús en la Biblia son: “Ciertamente vengo en breve” (Ap. 22:20). El Espíritu y la Esposa dicen: “Ven” (Ap. 22:17). ¿Qué dice usted? ¿Quién cree usted que está poniendo dudas en la mente de la novia acerca del regreso de su Amado? ¿Quién es ese que busca tener su mente atada con cosas del mundo – enfocada no en la gloria de Cristo, sino en su propio dominio y lugar en este mundo? ¿Quién haría a la novia sentirse como viuda desamparada – abandonada por su Novio porque todavía no está lista y dominante? Ciertamente no el Espíritu Santo – porque el Espíritu clama, “¡Sí, Señor Jesús, ven pronto!”
¿Acaso el Señor ha mandado a su iglesia a que posponga su venida y en su lugar establezca un reino terrenal de justicia – o el nos ha mandado a poner aceite en nuestras lámparas, despertar y alistarnos en cualquier momento para su regreso? ¡Deje de que la Palabra conteste eso! “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran enseguida” (Lc. 12:35-36). Luego Cristo añadió estas palabras: “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando” (Lc. 12:37). ¿Para qué velar, para qué estar alertas, para qué ceñir los lomos, para qué estar listos, para qué buscarlo, si la venida de Cristo está pospuesta al futuro remoto, esperando las acciones militantes de la iglesia?
El Señor sabía lo que pasaría con la iglesia cuando fue dicho: “El Señor retarda su venida.” Habría negligencia; habría gente comiendo y bebiendo, borrachera, no habría una urgencia de prepararse. “Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzara a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes…” (Lc. 12:45-47).
Tal ignorancia de su condición espiritual real es posible para la iglesia sólo cuando el Espíritu Santo ha sido contristado y su voz silenciada. Si el Espíritu de Dios no puede hablar, ellos fomentan sus propios engaños y se obsesionan con orgullo y se vuelven arrogantes y jactanciosos cuando los juicios de Dios están a punto de estallar.
Gracias a Dios, hay un remanente santificado, separado, escuchando la voz del Espíritu Santo, y no pueden ser engañados o encontrados desprevenidos. Son los atalayas que han detectado los desvíos del enemigo; son valientes para exponer las enmascaradas doctrinas de demonios. Aquellos que oyen lo que el Espíritu está diciendo, saben lo que el Señor está a punto de hacer. Ellos ven la tormenta formándose – oyen el trueno avecinándose – saben que Dios ya está juzgando Su casa y su nación en particular.
La iglesia de Laodicea se ha elegido a sí misma, sin ninguna guía del Espíritu Santo, no para alumbrar al mundo, sino para dominarlo. Se ha convertido en la maestra de mentiras más grande del universo. Está confiada en su propia fuerza y sabiduría, mientras mezcla falsedades anticristo con la verdad del evangelio. Ella ha decidido derribar la gran distinción que Cristo estableció entre la iglesia y el mundo.
Debemos aferrarnos al concepto
apostólico del reino de Cristo.
Los apóstoles vieron en la persona sobrenatural del Rey, una sombra de la grandeza y gloria de su reino (2 Pe. 1:16). Como el Hijo de Dios encarnado, y teniendo toda potestad en el cielo y en la tierra, su reino sobre la tierra no podía compararse con otros reinos terrenales. Su símbolo era la Santa Ciudad, que descendería desde el cielo proveniente de Dios. Y, como el Rey era un hombre que había resucitado de los muertos y llegado a ser inmortal, así podía ser el gobernante perfecto de parte de Dios a través de todas las edades, así serán también todos aquellos que le ayudarán en la administración de su gobierno. Sus reyes y sacerdotes deben ser hechos semejantes a Él; solamente bajo este tipo de gobierno celestial podrá establecerse un orden social perfecto, y todas las naciones habitarán en paz bajo Su reinado.
Los apóstoles siempre distinguieron claramente entre la acción sacerdotal actual del Señor en el cielo que comenzó con su ascensión, y su futura función como Rey aquí en la tierra. Él ha ido al Padre para ser el gran Sumo Sacerdote, siempre intercediendo en el Lugar Santísimo. Cuando esta obra de intercesión sea terminada, y la iglesia, Su cuerpo, sea reunido y perfeccionado, entonces y sólo entonces vendrá para sentarse sobre el trono de su gloria y así comenzar Su obra como Juez y Rey (Mt. 25:31). En el momento de su ascensión, fue investido de toda autoridad; sin embargo, la ejecución presente de ella es providencial e invisible. Ahora mismo, Su autoridad es suprema – aunque el mundo todavía no lo conoce ni lo reconoce como Rey. La esfera de Su gobierno visible está actualmente en la iglesia misma, donde Su voluntad es dada a conocer por el Espíritu al escoger a Sus ministros, y a Su completa administración.
Hasta que Él regrese y tome el reino, será su gobierno sobre las naciones revelado, y todos los gobernantes humanos lo reconocen a Él como la fuente de Su autoridad. Entonces, Él “toma para Sí mismo gran poder, y reina.” Hasta ese tiempo, la iglesia deberá estar en el mundo, así como Él lo estuvo, Sus derechos divinos no han sido reconocidos, sino rechazados y expuestos a la enemistad y reproche. La iglesia no puede reinar con Él, hasta que Él venga a establecer Su reino.
Ese es el concepto apostólico del reino de Cristo. Esto difiere en gran manera con aquellos que enseñan que Cristo comisionó a la iglesia para que administrara el reino en su ausencia, y traer a todas las naciones a su obediencia – para traerlo de regreso como rey a un mundo en el que todos los enemigos ya están puestos debajo de sus pies. Ellos enseñan que Cristo puede regresar, sólo después que todas las naciones crean en Él, y justicia y paz llenen la tierra. Esto es un alejamiento radical de lo que los apóstoles enseñaron.
Roma desarrolló totalmente esta doctrina de dominio, siglos atrás. Fue formulado por Agustín en su “Ciudad de Dios.” Entonces la iglesia empezó a reclamar que habían de gobernar a favor de Cristo en su ausencia. Llevaron la enseñanza hasta su lógica conclusión, asegurando la absoluta supremacía de su obispo – el Papa.
Cuándo el primer amor se enfría y el regreso del Señor está retrasado indefinidamente, los de Laodicea se cansan de cargar la cruz y empiezan a preguntar, “¿No son estas palabras descorazonadoras del Señor y los apóstoles, limitadas a sus propios días? ¿Acaso ha de continuar esta hostilidad del mundo hacia la iglesia hasta el final? ¿Cómo puede ser esto conforme a Su misión divina y a Su evangelio de amor? ¿Acaso Él no ha dicho que el evangelio debe ser la levadura fermentando la comida, y como la semilla de mostaza convirtiéndose en un árbol? ¿Acaso Él no ha dicho que “todo el poder es ahora mío”? ¿No se llama a Sí mismo “El Príncipe de los reyes de la tierra?” ¿No debe el hombre fuerte, Satanás, ser atado antes de que nosotros podamos saquear sus bienes?” Y cuando en el cuarto siglo, Constantino, el emperador romano, se convirtió en un creyente y el cristianismo tenía el poder imperial tras él, llegó a ser casi la creencia universal que el día de sufrimiento y persecución había pasado. De todas las bases cristianas se levantó un clamor de júbilo, “¡Satanás está atado; el día de triunfo ha llegado; Cristo está reinando a través de Su iglesia!” Ahora las profecías pueden cumplirse: “Todas las naciones vendrán a Su luz, y los reyes al resplandor de Su nacimiento.” ¡Qué engaño resultó ser!
¡Los de Laodicea no reconocen a
Satanás como dios de este mundo!
Existe una negación práctica del poder de Satanás como “el príncipe de este mundo.” Ellos no pueden negar su existencia, ya que ha sido muy claramente testificado por el Señor y sus apóstoles. Tampoco pueden decir que su poder ha sido destruido y que ya no es temible. Pablo lo llamó “el dios de este mundo” (2 Co. 4:4), y Juan dijo, “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Jn. 5:19). En Apocalipsis 12:3, aparece bajo el símbolo del dragón, como el enemigo activo de Dios y de su Cristo, y esto durará hasta la derrota del anticristo, hasta que él sea atado (Ap. 19:20). Pero a pesar de todas estas declaraciones claras y el reconocimiento continuo de varias formas de actividad satánica en individuos, los de Laodicea ahora dicen, “Satanás ya no reina; está atado; no puede ofrecer oposición efectiva alguna a nuestra unidad o a nuestra actividad misionera ni va a impedir que nosotros establezcamos el reino.”
Hay muy poco acuerdo en lo que respecta al tiempo en que fue atado. Ellos argumentan, “¿Cómo puede establecerse el reino de Dios mientras Satanás y sus ángeles todavía tienen su poder en la tierra?”
Creyendo que ya no están expuestos a los ataques de este sutil y poderoso adversario, no ven necesidad de estar alertas en forma especial. Estando el hombre fuerte atado, la iglesia puede apoderarse de los bienes de éste; estando expulsado de la tierra, la iglesia ahora puede tomar posesión de ella. ¡Qué perversión tan sutil de la verdad!
Con increíble arrogancia, se jactan que sus obispos hasta pueden tomar sus lugares entre los príncipes de la tierra. La iglesia deja de ser peregrina y extranjera, ella es la novia del Gobernante en el cielo, exaltado para sentarse con Él en Su trono, el mundo debe estar sujeto a ella y por lo tanto todas las distinciones y honores pertenecen a sus lideres como los nobles del Rey. ¡Que arrogancia!
¡El reino de Cristo nunca ha sido--y
nunca será-- “de este mundo!”
Jesús dijo: “Mi Reino no es de este mundo... mi Reino no es de aquí.” (Jn. 18:36). Eso es suficiente para mí, como debe serlo para todos los creyentes que tiemblan ante Su Palabra.
En cuanto a mí concierne, prefiero estar sentado con Cristo en lugares celestiales, y estar entre aquellos sobre los cuales Enoc profetizo, “Vino el Señor con sus santas decenas de millares.” (Judas 14).
Los de Laodicea pueden quedarse con este mundo presente y todos sus reinos y su gloria. Esta destinada a quemarse, según Pedro. “Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados par el fuego, en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.” (2 Pedro 3:7). Puede estar mas claro? “la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.” (2 Pedro 3:10). Que la iglesia vencedora proclame con Pedro, “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” *2 Pedro 3:13).
Iglesia de Jesucristo – ¡qué ningún hombre te engañe concerniente al regreso de nuestro Señor! Obtiene consuelo de la promesa de nuestro Señor: “El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (1 Tes. 4:16-18).
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martes, 26 de mayo de 2015

Cuentos del Pastor: LA PIERNAS DE ÁNGEL

Teníamos dieciséis años. Era sábado a la noche. En nuestra Iglesia la reunión de ministerio estaba terminando, cuando sentí algo extraño en verdad.
Ni siquiera pensaba en ello, pero inexplicablemente algo me impulsaba llegarme al hospital. Sentado junto a mí estaba Miguel, compañero de muchas aventuras de fe, a quién le conté lo que vivía. El, después de pensar el tema y no muy convencido decidió acompañarme. ¡Realmente era una locura!: Diez de la noche, un Hospital cerrado en medio de la nada. Por dónde quiera que se lo mirara, ¡no había nada cuerdo en el asunto!

Mientras los demás jóvenes de la Iglesia planeaban una salida; nosotros marchábamos al hospital sin tener más razones que una fuerte intensión de responder al intrigante llamado. ¡Esto no era común ni normal para nada! Nuestra congregación no era del tipo que practicara los dones espirituales, y mucho menos que creyera en cosas como las que estábamos haciendo.

La Ciudad de La Rioja en ese tiempo contaba con un Hospital público el que estaba distribuido en un gran predio. Los pabellones se distanciaban uno del otro en medio de un terreno seco y con polvo en suspensión.

Recuerdo que al caminar, un viento remolinado nos envolvió dejándonos blancos de tierra. Así llegamos a la Pabellón en cuestión. ¡No teníamos que decir, no teníamos a quién visitar y el horario de visita había terminado hacia cuatro horas!

La enfermera que nos recibió nos preguntó que hacíamos allí y sin mucho protocolo, ni esperar nuestra respuesta nos permitió pasar.

Ahora caminábamos por un pasillo. A ambos lados había salas con doce camas cada una. ¿A quién debíamos hablar? No lo sabíamos. Cruzamos otra enfermera justo cuando estábamos decidiendo dónde entrar.
Ella dijo: ¿visitan a alguien en especial? Y no supimos que contestar. Sólo recuerdo que dije: -sí es aquí - y entramos a la primera sala que teníamos a nuestra mano izquierda.

La sala estaba en penumbras, sólo la luz del pasillo iluminaba la habitación. En la primera cama estaba Ángel, quien será el protagonista de esta historia. Levante la voz en medio del lugar y pregunté si podíamos compartir una breve historia de la Biblia. Alguien propuso que encendiéramos la luz, y así comenzaba una pequeña predicación, que habrá durado unos cinco minutos.
Cuando hicimos el llamado todos recibieron a Cristo en su corazón como Señor y Salvador personal. Todos, incluyendo a Ángel.
El entonces nos hizo la pregunta:
-¿En el cielo, tendré de nuevo mis piernas?

Ángel había sido el borrachito del pueblo. Un día de mucho frio estaba tan alcoholizado, que prendió fuego en el interior de su rancho; esto hizo arder todo el lugar. Cuando despertó de su borrachera, tenía la mitad del cuerpo quemado. Salió buscando ayuda, pero en el camino fue perdiendo sus piernas. Le encontraron en las vías del tren, casi moribundo. Había que salvarle la vida y los médicos no dudaron en amputar.

Esa noche Ángel durmió distinto, contento, confiando plenamente en la promesa que le hacía su Señor.
Salimos de la sala, prometiendo volver. Nos regresamos con nuestros amigos. La alegría que sentíamos nos llevó corriendo y saltando todo el camino. Íbamos en el aire. No caíamos del asombro, y no lo podíamos creer: ¡El Señor increíblemente nos había usado!

Al regresar el lunes y visitar la sala, la cama de Ángel estaba vacía.
Al salir una enfermera me dijo:
-¿Ustedes estuvieron el sábado verdad? Bueno, Ángel murió esa misma noche.
-Pero déjenme decirle que: ¡Jamás vi morir a alguien más contento! El repetía todo el tiempo que se iba con Jesús, quien le tenía listas sus piernas nuevas.

Reflexión

He meditado esto muchos años. Nunca más se repitió la experiencia, al menos no de esta manera. Pero si he visto al Señor llevarme por caminos no propuestos y mostrarme su Gloria.

Siempre pienso en: ¿qué había en el corazón de Ángel para que el cielo se movilizara de esa manera? ¿Qué trabajó en nosotros esa noche para cargarnos de fe y valor? ¡Qué calculo más preciso del tiempo y que estrategia más impecable!
¡Qué misericordia divina para el pecador! ¡Qué insondables son sus caminos!

La vida cristiana es realmente maravillosa. Las experiencias sobrenaturales se multiplican y se amontonan proponiéndonos ser parte.

¿Cuándo despertaremos a está vida sobrenatural? ¿Cuándo dejaremos que simplemente nos pase?

Hay muchos como Ángel que esperan por nosotros. ¡Levantémonos de nuestra cómoda silla y salgamos por ellos!

Pastor Rubén Herrera

lunes, 25 de mayo de 2015

LA VISIÓN DEL PROFETA HABACUC por Daniel Nicolas Pastore.

“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.” Hab. 2:1 

COMENZAREMOS ESTA MEDITACIÓN CON UNA PREGUNTA.

¿QUÉ SIGNIFICAN ESTAS PALABRAS?

Para responder eso sería muy iluminador que contemplemos todo el contexto desde el principio.

“¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.” Hab. 1:3  

La clave para entender esto es considerar lo que Habacuc veía, pues él le dice al Señor ¡por qué me haces ver!

En el versículo que estamos analizando el profeta dice, sobre mi guarda estaré. Y lo que él está afirmando, tiene que ver con remontarse a las alturas espirituales, porque precisamente él utiliza una figura de lenguaje que corresponde a la del vigía, que se sube a una torre de observación para poder observar lo que desde el nivel de mas abajo no se puede ver.

Este hombre toma la determinación de decir: basta de vivir, pensar y actuar como un hombre natural necesito ver las cosas con los ojos de Dios, necesito una respuesta, necesito la revelación fresca de sus propósitos, vasta de guiarme por lo que mis sentidos naturales me dicen. Quiero de ahora en mas ver todo lo que acontezca en mi vida con los ojos de Dios. Quiero de ahora en más usar la capacidad que Dios me dio de remontarme cual águila a las alturas espirituales.

Es probable que se halla acordado de aquella promesa del Señor ¡LOS QUE ESPERAN EN EL SEÑOR LEVANTARAN VUELO COMO LAS ÁGUILAS! O tal vez vino a su mente aquella promesa ¡JEHOVÁ HABLARA PAZ A SUS SANTOS PARA QUE NO SE VUELVAN A LA LOCURA! Sin duda este hombre se aferro a aquella promesa “ME BUSCAREIS Y ME HALLAREIS PORQUE ME BUSCAREIS DE TODO VUESTRO CORAZÓN”. Y así fue porque este hombre recibe una respuesta de Dios, recibe comprensión y entendimiento que todo lo que acontecía a su alrededor no escapaba al control de Dios, recibe entendimiento de que Dios tiene un propósito eterno que lo abarca todo absolutamente todo. PUDO COMPRENDER LO QUE MUCHOS “CRISTIANOS” NO LLEGAN A ENTENDER HOY, Y ES QUE TODO COOPERA BIEN.

SE IMAGINAN A HABACUC DICIENDO YO CANCELO LA VIOLENCIA, LA CORRUPCIÓN QUE ME RODEA, YO CANCELO LA INVASIÓN DE LOS CALDEOS QUE SE AVECINA; QUE RIDÍCULO Y EN QUE TREMENDA FRUSTRACIÓN HUBIERA CAÍDO HABACUC DE HABER HECHO LO QUE MUCHOS “CRISTIANOS” DE HOY EN DÍA HACEN, PORQUE TODAS ESTAS PRACTICAS QUE EN APARIENCIA PARECEN MANIFESTACIONES DE UNA FE QUE ACTÚA, NO SON OTRA COSA QUE UNA MUESTRA DE LA ARROGANCIA QUE SEGÚN LA PALABRA DE DIOS CARACTERIZARÍA A GRAN PARTE DE UNA CRISTIANDAD APOSTATA.

Este hombre recibe una respuesta tal, que afectaría no solo la visión que él tenia de los hechos sino que afectaría drásticamente las prioridades de su vida, Y COMO CONSECUENCIA DE ESO DECLARA LO SIGUIENTE:

“Oh Jehová,  he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer;  En la ira acuérdate de la misericordia.” Hab. 3:2

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados 2 no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.” Hab. 3:17-19

LA  SÍNTESIS DE TODA ESTA EXPERIENCIA QUE TUVO HABACUC SE RESUME EN ESTAS PALABRAS: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” Hab. 2:4

EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ, PORQUE LA FE QUE UN DÍA HA RECIBIDO COMO UN DON DE LO ALTO NO HA DE EXTINGUIRSE JAMÁS, ESA FE LO GUARDARA, LO PRESERVARA DE ENDURECERSE Y APOSTATAR.

“que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe,  para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,  mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” 1 Pe 1:5-7

Y ESA FE NO HA DE EXTINGUIRSE JAMÁS PORQUE ES SOSTENIDA POR LA INTERCESIÓN DE NUESTRO SUMO SACERDOTE, EL SEÑOR JESUCRISTO.

“Dijo también el Señor: Simón,  Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” Luc. 22:31-32 

EL SEÑOR LE PROMETIÓ A PEDRO QUE A PESAR DE LAS DURAS PRUEBAS QUE TENDRÍA QUE ATRAVESAR SU FE NO SE EXTINGUIRÍA, PORQUE EL MISMO SEÑOR ROGARÍA PARA QUE ESO NO SUCEDA.

QUE EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ FUE EL GRAN MENSAJE QUE HABACUC RECIBIÓ, Y ESA VERDAD, ES RECORDADA POR EL ESPÍRITU SANTO EN LA EPÍSTOLA A LOS HEBREOS

“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” Heb. 10:38-39 

NOTE USTED LAS IMPLICANCIAS DE ESTA DECLARACIÓN: NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN PARA PERDICIÓN, SINO DE LOS QUE TIENEN FE PARA PRESERVACIÓN DEL ALMA.

LA FE TE ARROJARA EN LOS BRAZOS DE DIOS
LA FE, TE HARÁ PONER LA MIRADA EN LAS COSAS DE ARRIBA.
LA FE TE HARÁ ACTUAR EN CONSECUENCIA, Y BUSCAR RESPLANDECER EN MEDIO DE UNA GENERACIÓN MALIGNA Y PERVERSA.
LA FE TE SOSTENDRÁ EN MEDIO DE LA ESCASEZ.
LA FE TE LLEVARA A REMONTARTE CUAL ÁGUILA A LAS ALTURAS ESPIRITUALES AL IGUAL QUE LO HIZO HABACUC.

Solo a Dios sea la Gloria.

domingo, 24 de mayo de 2015

La Fiesta de Pentecostés...Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Pentecostés se celebra al comienzo del verano (mediados de mayo-mediados de junio). Es la única fiesta levítica que se celebra entre las tres fiestas primaverales (La Pascua, los Panes Sin Levadura, y las Primicias) y las tres fiestas otoñales (Rosh Hashanah, Yom Kippur y la Fiesta de los Tabernáculos). El nombre en hebreo para este día es Shavuot, que significa semanas, por eso en Israel generalmente se le llama la Fiesta de las Semanas.
Esto es porque supuestamente se celebra siete semanas después de la Fiesta de las Primicias (Levítico 23:15-16). Deuteronomio 16:9 lo confirma. “Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas.” La primera cosecha del grano se hacía en la Fiesta de las Primicias. Puesto que las Primicias es el primer día después del Sabbat que le seguía a la Pascua, siempre se observaba en domingo. El Shavuot que sucedía siete semanas después, también caía en domingo, y celebraba el comienzo de la cosecha de verano.
Pero en el año 140 d.C., después de la derrota final de la nación judía luego de la revuelta de bar Kochba en el año 135 d.C., el Sanedrín cambió el enfoque del Shavuot de la fecha de la cosecha de verano a la fecha cuando se dio la Ley. Esto lo hicieron porque el Shavuot era una de las tres fiestas que todo judío debía observar (Éxodo 23:14-17 nos dice que las fiestas de los Panes Sin Levadura y de los Tabernáculos eran las otras dos) y la nación derrotada y dispersada ya no tenía ninguna cosecha nacional que celebrar. Desde ese momento en adelante, la cuenta empezó desde el primer día de la Fiesta de los Panes Sin Levadura, que fue el día en que los israelitas salieron de Egipto. Entonces ahora el Shavuot puede caer en cualquier día de la semana y es en el sexto día del mes hebreo de Sivan, el cual es el día tradicional en el que Moisés recibió la Ley de parte del Señor. Al hacer este cambio se colocó el día en que la Ley fue dada en el Monte Sinaí exactamente siete semanas después del Éxodo de Egipto y así se preservó la Fiesta de las Semanas en la vida judía.
Los cristianos le llaman a este día por su nombre en griego, Pentecostés, que significa “50 días”. Eso es porque había 50 días desde el Sabbat después de la Pascua hasta el Shavout (Pentecostés).
Los primeros cristianos también cambiaron la manera de cómo las distintas fechas son determinadas, a pesar de que hemos retenido el requerimiento de Pentecostés para el domingo. Los cristianos ahora empiezan a contar desde el día que llamamos el Domingo de Resurrección, que oficialmente es el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Incluimos el Domingo de Resurrección como el día uno, así que Pentecostés siempre cae 49 días después de ese domingo y de esa manera también cae en domingo. Al contar el Domingo de Resurrección a ambos lados de ese lapso de tiempo podemos llegar a los 50 días (Pentecostés) y aun mantener la celebración en el séptimo domingo después del de Resurrección.
Yo sé que esto es un poco confuso, pero el énfasis es que en el 2015 la celebración del Shavout (Pentecostés) será para los judíos en Israel el domingo 24 de mayo, y para los judíos fuera de Israel el domingo y lunes 24-25 de mayo. Los cristianos también lo celebrarán el domingo 24 de mayo. Debido a las diferencias entre los calendarios hebreo y occidental, esto no sucede con mucha frecuencia.
¿Qué es un Pentecostés?
Como mencioné, los judíos celebran Pentecostés (solamente utilizaré el nombre en griego para evitar más confusiones de las necesarias) como el día en que Moisés recibió la Ley en el Monte Sinaí y la nación de Israel nació (Éxodo 19-20). Los cristianos lo celebran como el día en que el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en Jerusalén y la Iglesia nació. (Algunos eruditos ven en Pentecostés el cumplimiento histórico y profético de estos dos eventos.)
Hechos 2 describe ese día para nosotros. En Pentecostés los seguidores de Jesús se habían reunido en un lugar cuando un sonido semejante al soplo de un fuerte viento llenó la casa en la que estaban y lo que parecía como lenguas de fuego separadas se posaron sobre cada uno de ellos. Ellos fueron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas conforme Él lo hacía posible. Justo antes de ascender al Cielo Jesús les dijo que esperaran eso (Hechos 1:8) y ahora estaba sucediendo. Puesto que Pentecostés era una de las fiestas de asistencia obligatoria para ir a Jerusalén, había judíos temerosos de Dios procedentes de muchos otros países en Jerusalén, aumentando considerablemente su población. El sonido del viento había alertado a quienes se encontraban cerca del lugar los cuales se acercaron más para ver qué estaba sucediendo, cada uno de estos peregrinos se asombró al oír a los discípulos, todos ellos galileos, hablar en sus propias lenguas.
Pedro obtuvo la atención de ellos y explicó lo que estaba sucediendo. Esa fue la primera presentación pública del evangelio desde la muerte y resurrección del Señor, y cuando Pedro finalizó, 3000 personas de entre las que se habían reunido aceptaron su mensaje y fueron bautizadas, y el Señor continuó añadiendo a ese número todos los días.
Si ustedes concuerdan con mi punto de vista de que las Parábolas de Mateo 13describen el Reino de los Cielos en la Tierra y que la parábola de la levadura (Mateo 13:33) predice que la iglesia estará llena de pecadores, entonces ustedes se interesarán en el hecho de que a diferencia de otras festividades levíticas que requieren pan sin levadura, Pentecostés requiere pan horneado con levadura (Levítico 23:17). En la Biblia la levadura es un modelo del pecado porque hace que la masa se fermente.
Otras ceremonias judías de Pentecostés también revelan que hay una sutil sugerencia de la Iglesia venidera. En las sinagogas judías se lee el Libro de Rut en Pentecostés. La historia de Rut ha sido llamada “El Romance de la Redención” en donde Noemí, una mujer judía de Belén pierde su tierra y su posición debido a una hambruna en Israel y se ve obligada a ir al exilio al vecino país de Moab (Jordania) en donde no había hambre y su esposo pronto muere dejándola sola y sin un centavo en un país extranjero.
Después que terminó la hambruna, ella regresó a Belén acompañada por Rut, una mujer gentil que había jurado nunca abandonarla. Rut era una moabita que se había casado con uno de los hijos de Noemí (el cual también había muerto), convirtiéndola en la nuera de Noemí, y como ella, una viuda desamparada también.
De vuelta en Belén, un pariente cercano de Noemí, un judío prominente llamado Booz se enamora de Rut y se casa con ella, y en el proceso también redime la tierra de Noemí como su pariente redentor. Ambos eventos se hicieron según la ley. Para Noemí fue la ley de la redención (Levítico 25:25), y para Rut fue la ley del matrimonio del levirato (Deuteronomio 25:5-6).
El modelo que vemos aquí es dramático, con Noemí en el papel de Israel, en la miseria y sola, Rut como la Iglesia, la novia gentil, Booz como el Mesías, y la misma narración como una predicción de la relación entre los tres. En el proceso de redimir a Israel, el Mesías toma para sí una novia gentil. Al hacerlo, Él salva a ambos de la miseria y al mismo tiempo redime la tierra de Israel. La identificación de la Iglesia con Pentecostés empezó en las profecías de Rut. Para saber más sobre estas increíbles profecías, y disfrutar de una de las clásicas historias de amor del mundo, lea “El Relato de Rut” (2 de julio de 2003).
A propósito, Booz fue hijo de Rahab la ramera en el Libro de Josué (Lea “El Evangelio en Josué… El Relato de Rahab” [2 de julio de 2003]). Su bisnieto David se convirtió en Rey de Israel. Rahab y Rut aparecen en la genealogía del Señor Jesús (Mateo 1:5), y el Rey Salomón nombró una de las columnas a la entrada del Templo con el nombre de su ancestro Booz.
¿Cuándo es su cumpleaños?
Según la tradición, Enoc, uno de los patriarcas en Génesis 5, nació en el día que más tarde se conocería como Pentecostés. El nombre de Enoc quiere decir “enseñanza” lo cual es una de las principales funciones de la Iglesia (Mateo 28:19-20). Por este motivo muchos eruditos lo ven también como un “tipo” de la iglesia. Génesis 5:21-23 indica que Enoc era muy cercano a Dios y realmente fue llevado con vida (raptado) al cielo un poco antes del diluvio universal. Los eruditos pre-tribulacionistas ven este evento como una de las varias insinuaciones en el Antiguo Testamento de que la Iglesia desaparecerá antes de la Gran Tribulación.
Estas mismas tradiciones también sostienen que Enoc desapareció en su cumpleaños. Entonces, aquí tenemos a un hombre identificado con la iglesia, que nació y fue raptado en el día que se conocería después como Pentecostés, que fue el día en que también nació la iglesia. ¿Será raptada la Iglesia en nuestro aniversario también? Personalmente no creo que el Rapto de la Iglesia será el cumplimiento profético de alguno de los días santos de Israel. Pero si estoy equivocado y el Rapto sí cumple con una de las fiestas judías, Pentecostés parece ser el candidato más obvio.
Como ustedes probablemente saben, yo creo que la razón por la que nadie en el mundo puede predecir con seguridad el día del Rapto es porque es un evento numérico y no de fecha. En Romanos 11:25 Pablo insinuó que la Iglesia alcanzará un “número pleno”, cuando sus rangos se consideren que están completos. Cuando se llegue a ese número la Iglesia “arribará” a su destino programado, similar a cuando un barco “arriba” a puerto. Jesús dijo que el destino de la Iglesia es la casa de Su Padre (Juan 14:2). Si unimos todo esto yo creo que quiere decir que seremos raptados tan pronto se alcance un número predeterminado de personas cristianas vueltas a nacer, sin importar el día que eso suceda.
Pronto, Muy Pronto
No importa el día que fuese, un día, pronto, todas las personas que están en Cristo, habiendo oído y creído la Palabra de la Verdad, el Evangelio de nuestra salvación (recibiendo así el sello de la promesa del Espíritu Santo) de repente desaparecerán de la faz de la tierra junto con todos los niños y niñas y todas aquellas personas que son mentalmente incapaces de tomar decisiones conscientes acerca de su destino eterno. En un instante estaremos en nuestras ocupaciones habituales en la Tierra y al siguiente instante estaremos ante la presencia de nuestro Redentor, con nuestros pecados perdonados y olvidados, y todas nuestras imperfecciones eliminadas. Entre nosotros estarán los muertos de la Era de la Iglesia que fueron fieles, reunidos con sus cuerpos perfeccionados y restablecidos a la vida física eterna. Todos juntos empezaremos el viaje más increíble de exploración y de realización jamás soñado, el cual durará eternamente.
Ni nosotros, ni el mundo incrédulo, habremos recibido la más mínima advertencia del momento de este evento, pues sucederá de manera totalmente sorpresiva. Quizás suceda en Pentecostés, quizás no. Pero una cosa sí es cierta, cuando suceda, a ninguno de nosotros nos va a importar un pelo si lo habíamos predicho con exactitud. Solamente podemos expresar nuestro gozo inimaginable de gratitud por estar allí. “Porque por gracia son ustedes salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (1 Corintios 2:9-10). Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 24/05/15.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Cuentos del Pastor : EL HIJO DE ESTER

Ester era una jovencita creyente, ama de casa, muy dedicada y fiel a su marido. Habían propuesto tener familia, pero pasaba el tiempo y el hijo anhelado nunca llegaba.
Muy atormentada, esa tarde ingreso al consultorio, anhelando una respuesta que terminara con sus espantosos temores.
Cada viernes el “visitante” volvía a ella como pequeños pedazos de una película repetida; escenas tenebrosas de una fatídica noche que no quería recordar, se hacían puntualmente presente.
A veces despertaba envuelta en una transpiración helada, sobresaltada por la voz de un pequeño que la llamaba, y al que no distinguía en las sombras.
En la figura de un niño, era sometida sistemáticamente al terror nocturno.
Cuando le pregunté acerca de quién podía ser el pequeño, su hermetismo se hizo notar en el rostro. Dura como pedernal, trato de disimular su nerviosismo.
Le pedí que se tranquilizara, y que me escuchara por un momento; se quedó cubriéndose la boca como temiendo soltar palabras.
Le hablé con mucha serenidad:
-Ester, muchas veces en nuestra ignorancia, hacemos cosas que otros nos sugirieron, o que creímos vendría a resultar lo mejor; pero cada acto nuestro tiene sus consecuencias.
Especialmente nuestra consciencia puede transformarse en nuestro más severo juez y verdugo; y vendrá a trabajar en nosotros para que transparentemos nuestro error. Si las cosas no fueron tratadas y concluidas correctamente, aparecerá el reclamo en nuestro inconsciente como una materia pendiente.
Cuando Ester escuchó esto me interrumpió con su mano en alto, mientras tapaba su boca con la otra mano.
Entre sollozos dijo:
- Con mi esposo guardábamos un secreto: como muchos jóvenes, pensando que era lo mejor, elegimos terminar con un embarazo mucho antes de casarnos.
Ester había abortado…
La explicación a ella quizás llegó tarde, pero era necesaria:
-Ester, cuando el niño nace a tiempo y en término sale de la mamá; mamá y bebé son dos seres individuales bien distintivos, el ciclo concluye y se cierra; en el aborto aunque que el bebé salió, la mamá en su mente nunca dejará de pensarlo, y se puede describir como “eternamente embarazada”.
El ciclo no se cerró.
Hay muchas cosas que quedarán sin respuestas, sin completar: uno generalmente nunca sabrá si era niño o niña, la identidad del pequeño es incierta él o ella no tendrá nombre, por otro lado la vida trunca del pequeño reclamará su falta de oportunidad.
Los ojos de Ester se llenaban de lágrimas, y dijo:
-Sé que era un varón. Pero nunca se me ocurrió buscarle un nombre. ¿Podrá él perdonarme?
-Ester, no estamos llamados a hablar con los muertos. Pero sí podemos pedir al Señor que nos perdone. Sin duda veraz un día a tu pequeño en el cielo y tendrás tu oportunidad. La que debe dejar la culpa, y el auto castigo eres tú.
Ester se levantó de su silla, salió a buscar a su esposo que esperaba en la sala. Juntos entraron para decirme:
-Pastor. Estamos arrepentidos, Juan, nuestro hijo nos perdone, y nos espere desde el cielo.
Ester no tuvo nunca más episodios de miedo.
Y al poco tiempo el Señor les dio un hermoso niño. Su “segundo hijo”, como lo dijeron ellos a la Iglesia en la presentación del pequeño.
Pastor Rubén Herrera

Melquisedec, Jesús Y Nosotros...Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos (Salmo 110:1-2).
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (Salmo 110:4).
Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué piensan del Cristo? ¿De quién es hijo?
Le dijeron: De David.
El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más (Mateo 22:41-46).
Es muy claro que tanto el Señor como los fariseos a quienes se estaba dirigiendo creían que el Salmo 110 se refería al Mesías y que el Espíritu Santo había inspirado al Rey David a escribirlo. En lo que diferían era en su entendimiento sobre el origen del Mesías. Los fariseos creían que Él sería un descendiente humano del Rey David, y nada más. El Señor sabía que Él era también Dios en la carne, y citó el Salmo 110 para recordarles que David también sabía eso.
Algunas traducciones de la Biblia muestran la primera aparición de ‘Señor’ en elSalmo 110, todo en mayúsculas (Señor) y la segunda solamente el nombre en Mayúscula (Señor). Esto es para mostrar que David estaba escribiendo sobre una conversación que pudo escuchar, por medio del poder del Espíritu Santo, entre el Padre y el Hijo.
Esto lo sabemos así, primero porque Señor es un título que se usa para dirigirse a una persona superior, y solamente dos personas eran superiores al Rey. Una era Dios el Padre, representado por SEÑOR, y la otra, Dios el Hijo representado por Señor. En efecto, Jesús les recordó a los fariseos que David se habría referido a un mero descendiente humano como su hijo, no como su Señor.
También, la “palabra” hebrea traducida SEÑOR es YHVH, que son las cuatro iniciales del nombre impronunciable de Dios, y utilizado solamente de Él, mientras que la palabra traducida Señor es una palabra diferente, es Adonai.
Si los fariseos le hubieran respondido con la verdad al Señor, Él los habría obligado a estar de acuerdo con David, algo que no estaban preparados a hacer. No en ese momento, ni nunca. En su juicio ante el Sanedrín, la declaración del Señor de que era el Mesías y que todos ellos le verían sentado a la derecha del Altísimo y viniendo en las nubes del cielo, es lo que los alteró para condenarlo por blasfemia, que era un crimen capital (Mateo 26:64).
Pilato no estaba preocupado por las acusaciones de blasfemia. Eso era un asunto interno entre los judíos. Pero el admitir que Jesús se había nombrado a Sí mismo como Rey, era una confesión que se consideraba como una traición bajo la ley romana, y que también era un crimen capital (Mateo 27:11).

El Rey Jesús, Nuestro Sumo Sacerdote

David había escrito que el Mesías sería tanto rey como sacerdote igual que Melquisedec lo había sido. De Génesis 14:18 sabemos que Melquisedec, cuyo nombre significa Rey de Justicia, era tanto un sacerdote del Dios Altísimo como Rey de Salem, una ciudad jebusea que después se conoció como Jerusalén luego del sacrificio interrumpido de Abraham de su hijo Isaac allí. (En honor a la profecía con la que estaba actuando, Abraham simbólicamente renombró el Monte Moriah como Jehová Jireh, que significa en el Monte del Señor será visto. Él se estaba refiriendo a un tiempo futuro cuando otro Padre ofrecería Su único Hijo como un sacrificio por el pecado. Cuando David conquistó a los jebuseos hizo de Jerusalén la capital de Israel, y compró la tierra sobre el Monte Moriah en donde Abraham había estado, como el lugar para el Templo.)
Nunca desde la fundación de Israel había habido alguien que fuera tanto Rey como Sacerdote. Eso era prohibido. Los reyes provenían de la tribu de Judá, mientras que los sacerdotes eran de la tribu de Leví. Un rey que intentó fungir como sacerdote se ganó la inmediata displicencia del Señor, y nos sirve para ilustrar el punto. Atreviéndose a ofrecer el incienso en el Templo, el Rey Usías de inmediato contrajo lepra y fue aislado hasta el día en que murió (2 Crónicas 26:16-21). Algunos profetas también eran sacerdotes, por ejemplo Ezequiel y Zacarías, y David fue rey y profeta. Aun así, nadie nunca fue rey y sacerdote al mismo tiempo en Israel.
Pero hay profecías en Ezequiel y en Zacarías que dicen que esos dos oficios quedarán unidos cuando el Mesías llegue y que Él será tanto Rey y Sacerdote (Ezequiel 21:25-27; Zacarías 6:9-13). Y por supuesto, en el Libro a los Hebreos Jesús es llamado nuestro Rey (Hebreos 1:8) y nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14). Esto es posible porque Jesús no es un sacerdote en el sentido levítico, sino en el orden superior de Melquisedec. La Carta a los Hebreos le dedica todo el capítulo 7 a este tema.

Yo Se Que Soy, Pero ¿Qué Es Usted?

En Éxodo 19:6 a Israel se le llama un reino de sacerdotes, pero en 1 Pedro 2:9leemos: “Mas ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Él está hablando de la iglesia, llamándonos sacerdocio real. Solamente los reyes se consideran de la realeza.
Y en Apocalipsis 1:5-6 esto queda aun más claro. “Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
Algunas de las traducciones modernas prefieren la palabra reino en vez de reyes en el pasaje anterior, y eso puede ser así, porque la palabra griega se puede traducir de ambas formas. Algunas personas tratan de comparar este pasaje de Apocalipsis con Éxodo 19:6 para reforzar su prejuicio con la teología del reemplazo, haciendo que la iglesia sea Israel. Pero para los eruditos más conservadores queda claro que tanto el contexto como la estructura gramatical del pasaje requiere que la palabra griega se traduzca como reyes. (Lo mismo es cierto en Apocalipsis 6:10.)

¿Reyes De Qué?

Algunas personas han preguntado, “Y si todos somos reyes y sacerdotes, ¿a quiénes vamos a gobernar?” Eso nos recuerda un viejo episodio en donde Rafael le grita a Alicia, “¡Yo soy el rey! ¿Me escuchas Alicia? ¡Y tú eres nadie!” Alicia le responde calmadamente, “¡Qué gran cosa. Rey de nadie!” ¿Estaba Alicia, sin saberlo, también describiéndonos a nosotros?
La Biblia no contiene una respuesta específica sobre esto, pero tenemos un par de insinuaciones. Primero, habrán otras naciones además de Israel que habitarán en la tierra durante el milenio. Todas ellas necesitarán de alguna forma de gobierno. En Efesios 2:6-7, Pablo escribió, “Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”. Los “siglos venideros” aluden a los múltiples períodos de tiempo más allá del Milenio cuando serviremos como ejemplos vivos de las abundantes riquezas de Su Gracia. (No olviden que estamos aquí para la eternidad, no solamente para mil años.) Esto puede fácilmente incluir el hacernos gobernantes de algún tipo que aun está por ser revelado en el tiempo.
Y segundo, el universo es un lugar inmenso, y todo creado por Dios. La Biblia solamente menciona a la Tierra, pero si ese es el único planeta que tiene consecuencias para el Señor, entonces, ¿por qué hay galaxias enteras allá fuera? Dios no desperdicia nada, y no hace las cosas solamente por el show. Tampoco nada de eso fue creado por accidente. Quizás el resto del universo está aguardándonos para sernos revelado y que su propósito sea cumplido. Quizás cada uno de nosotros va a estar gobernando una parte del mismo. No como dioses, como mis amigos mormones quieren hacernos creer, sino como reyes y sacerdotes del Único y Verdadero Dios.
¿Pone a prueba todo esto los límites de su imaginación? Claro que lo hace. Por eso es que Pablo le llamó “las abundantes [incomparables] riquezas de su gracia”. Pero ni siquiera intente usted hacer a Dios lo suficientemente pequeño como para que quepa en su mente, porque si lo hace, lo hará demasiado pequeño para que pueda resolver sus problemas. Él nos ha prometido la bendición eterna y eso quiere decir mucho más que solamente estar sentados en una nube con un arpa en las manos y en un servicio de alabanza interminable. Como las ovejas, los humanos necesitan de un gran mantenimiento y también necesitan de un gran estímulo para evitar perderse. Recuerden, Pablo también dijo, “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9). Intenten ustedes imaginarse lo que se requeriría mantenernos estimulados durante la eternidad.
El viejo adagio dice, “El cielo es el límite”, pero en nuestro caso, quizás es el universo entero. A duras penas puedo esperar más para saberlo, y basado en la situación presente en el mundo, pareciera que la espera está por terminar.