miércoles, 17 de junio de 2015

El Diezmo Por Jack Fleming

Dios ha dejado una amplia información en Su Palabra sobre el sustento de Su obra, para que sepamos cómo debemos actuar conforme a Su voluntad. Son Sus negocios, así que él es el único autorizado para determinar cómo han de manejarse las finanzas en la iglesia, que es la casa de Dios (1Tm.3:15).
Muchos pastores intentan justificar sus discrepancias con lo que Dios ha mandado en la Biblia, diciendo simplemente: "Es que nosotros lo hacemos de otra manera". Y ¿quién les autorizó a ellos a cambiar lo que Dios ha dispuesto? ¿No es la iglesia la casa de Dios? En el desarrollo de este tema voy a exponer lo que el Señor dice sobre esta materia.
Lamentablemente la desobediencia a la Palabra de Dios en este tema tan sensible, no solamente ha traído un tremendo desprestigio a las iglesias evangélicas que se han prostituido fornicando con la Gran Ramera, acumulando las riquezas de este mundo que el Señor mandó enfáticamente ignorarlas, sino que esta "alquimia" religiosa ha servido para levantar muchos "reyes Midas" que por lucro han seguido el camino de Balaam.
Estos oportunistas no son más que comerciantes de la fe, que cuando el Señor venga, les dirá: "Nunca os conocí, apartaos de mi, hacedores de maldad".
Con justa razón Dios predijo que la condición del cristianismo antes de la venida del Señor, sería la de Laodicea, algo que le provoca náuseas (Ap.3:16-17) "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque TU DICES: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".
El diezmo no es una ordenanza para la iglesia, sino para la nación de Israel, porque pertenece a la ley y la iglesia está bajo la Gracia.
Dios dispuso en su pueblo terrenal, Israel, que la tribu de Leví no podía tener propiedades, por esta razón ordenó al resto de la nación sustentarlos con el 10% de sus ingresos, para que los sacerdotes levitas pudieran dedicarse al servicio del tabernáculo. Labor que debían efectuar desde los 25 años, y al cumplir los 50 años, tenían que retirarse (Nm.8:24-25).
Esto es muy diferente a lo que vemos hoy en día entre los que gustan llamarse "levitas espirituales", quienes se han transformado en grandes empresarios con esta práctica inmoral y anti bíblica de introducir el diezmo en la iglesia.
El Señor para evitar esta corrupción dentro de su pueblo Israel, ordenó que SIEMPRE el diezmo fuera entregado en productos: trigo, vino, aceite, animales, etc. Todo lo cual era guardado en el "alfolí", que era una gran pieza que estaba en el templo y que servía de bodega para almacenar el diezmo, porque era para suplir las necesidades para el sustento diario de los sacerdotes, jamás para que éstos obtuvieran bienes terrenales.
Esto no se hacía, como pretenden explicar los engañadores de hoy diciendo que era de esa manera, porque en aquel tiempo no existía el dinero. La Biblia dice que en los días de Abraham ya existía el dinero, él compró con dinero el terreno para la tumba de su esposa. Además, son múltiples los pasajes que señalan que los trabajadores recibían "un denario" como salario por cada día de servicio. Incluso en la ley, en los días de Moisés, Dios había ordenando que no se retuviera el salario del jornalero hasta el día siguiente, debía ser cancelado cada día (Lv.19:13).
La inmensa mayoría eran jornaleros que trabajaban para la minoría que era dueña de las tierras. Entonces ¿por qué no se señala en la Biblia que esa mayoría de Israelitas no entregaban 3 denarios mensuales correspondientes a sus diezmos? En cambio, hasta en los días del Señor se menciona que para pagar el diezmo no traían dinero. Lc.11:42 "diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza". Y todo eso se guardaba en el alfolí, que obviamente tampoco era una "alcancía" como mienten los comerciantes de la fe.
No existe en toda la Biblia disposición alguna, ni mandamiento, ni tan siquiera un solo ejemplo de alguna iglesia que recogiera el diezmo, o de un cristiano que lo hubiera pagado.
Yo sé que muchos pastores se escandalizan con esta afirmación y dicen: "El diezmo es bíblico, porque se menciona muchas veces en la Biblia". Eso es verdad, pero lo que no dicen es que siempre se menciona para la nación de Israel, NUNCA para la iglesia.
Este es un tema tan sensible para los Neo Evangélicos, como lo es "María" para los romanistas. Y esto es porque ambos son una fuente de ingresos económicos muy importantes para quienes los manipulan.
En la Biblia también se menciona muchas veces el Sábado, la circuncisión, los sacrificios de animales y muchas otras ordenanzas, pero eso no significa que la iglesia deba guardar el Sábado ni circuncidarse o continuar con los sacrificios de animales.
Si entendemos correctamente que aunque la Biblia lo mencione, nosotros los cristianos no debemos cumplir con esas ordenanzas, porque son para la nación de Israel. Entonces ¿por qué los judaizantes de hoy insisten en incluir "algunos" mandamientos que claramente son para Israel y no para la iglesia?
No hay que ser muy observador para darse cuenta que justamente los que incluyen, son aquellos que les puedan reportar algún beneficio material, como el diezmo y la "fiesta de las primicias".
Ni los Pentecostales han mostrado interés alguno por añadir a sus iglesias la fiesta de Pentecostés, porque esa, ni ninguna de las seis restantes que se mencionan en Lv.23 les aportarían beneficio económico.
Si les preguntáramos ¿por qué no guardan la fiesta de Pentecostés, o la de los Tabernáculos, o la fiesta de las Trompetas? Ninguno titubearía en respondernos: "Porque esas fueron ordenanzas para Israel". Y ¿qué se podría decir entonces del diezmo y de la parodia que practican como fiesta de las primicias?
Todo lector imparcial de la Biblia tendrá que admitir que esas dos ordenanzas también fueron entregadas exclusivamente para Israel, y no para la iglesia. ¿O alguien se atrevería a decir que la fiesta de las primicias no corresponde a la ley?
La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas solemnes que se mencionan en Lv.23, corresponden al calendario judío, para celebrarlas UNA vez al año ¿Por qué los comerciantes de la fe acuñaron la frase: "Diezmos y primicias" y demandan su pago mensualmente en las iglesias?
Estos engañadores que han traído tanto desprestigio al evangelio, nos tienen acostumbrados con pasajes sacados de contexto para atemorizar al pueblo de Dios, sus favoritos son: Malq. 3:8 "Vosotros me habéis robado vuestros diezmos". 2Cor.9:7 "Dios ama al dador alegre".
Pero cortan y omiten mañosamente el resto del pasaje. Veamos lo que realmente dice Dios, y Ud. comprobará que lo que aseguran esos líderes, no corresponde a la enseñanza de la Biblia.
Recomiendo leer todo el capítulo 3 de Malaquías para una correcta interpretación:
Malq. 3:3 "...a los hijos de Leví"
4 "Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén"
6 "...por esto, hijos de Jacob" (los cristianos somos hijos de Dios)
7 "...os habéis apartado de mis leyes (las entregadas a Moisés)
8 "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas".
9 "Malditos sois con maldición. Porque vosotros, la nación toda (la Biblia no llama a la iglesia "la nación", esto corresponde a Israel, a los hijos de Jacob, y jamás dice "maldito" a ningún creyente) me habéis robado".
12 "Todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréisTIERRA DESEABLE" (La iglesia será perseguida y aborrecida en este mundo, nunca será TIERRA DESEADA)
14 "Habéis Dicho...¿qué aprovecha QUE GUARDEMOS SU LEY?
CONCLUSIÓN: Esto lo está diciendo a los que guardaban Su ley, a los hijos de Jacob, a la nación de Israel; no a la iglesia.
Si Ud. consulta con una concordancia, comprobará fácilmente que todas las veces que se menciona el diezmo, siempre es para la nación de Israel.
En todo el Nuevo Testamento, donde se encuentran las instrucciones para la iglesia, aparece solamente tres veces, y nunca en conexión con la iglesia ni los cristianos.
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: "¡Ay de vosotros fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios".
El Señor está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para reprocharles su hipocresía de preocuparse del diezmo, y no de la justicia y del amor de Dios. Esto nos suena muy familiar ¿verdad?
En el pasaje paralelo de Mateo dice a estos fariseos hipócritas representantes de la ley, y resulta curioso ver a muchos líderes religiosos de nuestros días, cómo se esfuerzan por identificarse con esos hipócritas para poder cobrar el diezmo, Mt.23:23 "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto ERA necesario hacer, sin dejar de hacer aquello".
Es decir, sin dejar de hacer lo más importante que menciona el Señor: la justicia, la misericordia y la fe, porque ellos se estaban preocupando únicamente de lo material, el diezmo ¿O Ud. es de aquellos que le han creído a los mercaderes de la fe que lo más importante que se refiere el Señor y que no hay que dejar de cumplir era el diezmo? ¿La menta, y el eneldo y el comino?Por Jack Fleming
Resulta muy evidente, aún para el lector más obcecado defensor del pago del diezmo dentro de la iglesia, que lo que está diciendo el Señor y no admite otra interpretación posible, a no ser que desee intencionalmente torcer las Sagradas Escrituras, que aquello que dijo el Señor fue: "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto (el diezmo: la menta, y el eneldo y el comino) ERA necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". "Aquello" lo más importante que esos hipócritas habían dejado de cumplir que era: la justicia, la misericordia y la fe. No podría estar refiriéndose al diezmo, porque esos hipócritas aún lo seguían pagando.
Juzgue Ud. ¿Qué puede ser más importante para el Señor y que Él dice no hay que dejar de hacer? (Y note que dice "hacer" y no "pagar" como debería ser si es que el Señor se estuviera refiriendo al pago del diezmo para mantenerlo en la gracia para la iglesia) ¿El diezmo? (la menta, y el eneldo y el comino) ¿o la justicia, la misericordia y la fe?
Además resulta curioso, por decir lo menos, cómo estos pastores que obligan a sus congregaciones a pagar el diezmo, hoy en día, para no tener ellos que pagar "el diezmo de los diezmos", que es lo que debe pagar toda iglesia que pertenece a una organización; han decidido muchos de ellos retirar sus afiliaciones y seguir funcionando como "iglesias independientes", para de esta manera no tener que pagar ese "diezmo de los diezmos".
Al igual que en Heb.7:5, aquí vuelve a señalar que el diezmo ERA DE LA LEY. Dice textualmente "de la ley". Y en la última parte del versículo destaca que esto "ERA necesario hacer". No dice que ESnecesario hacer ¿por qué? Resulta evidente, porque eso era de la ley, y la ley corresponde al pasado, la gracia al presente. Ya no es necesario para la iglesia, porque Dios abolió la ley, en la cual como vimos, se incluye el diezmo.
Ahora está tratando con un pueblo espiritual, no uno terrenal como fue en el Antiguo Testamento al cual le ofreció bendiciones terrenales; por esta razón ahora debemos dar no por obligación, sino como cada uno ha sido prosperado y proponga en su corazón. El diezmo pertenece a la ley que fue abolida, la ofrenda voluntaria a la gracia en la cual se encuentra la iglesia. ¿Ud. está bajo la gracia o bajo la ley?
En Heb.7:5 dice: "Ciertamente los que de entre los hijos de Levíreciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo LOS DIEZMOS SEGÚN LA LEY". Claramente indica que los diezmos son: "según la ley". Era un mandamiento establecido en la ley.
La obligación de pagar los diezmos, siempre ha correspondido a los judíos, a los hijos de Leví, a los que están bajo la ley, y era para los sacerdotes que vivían en el tabernáculo y posteriormente en el templo. Por este motivo los judíos de nuestros días no cobran el diezmo en sus sinagogas, porque no existe el templo en Jerusalén; esto lo puede consultar con cualquier judío observante de su religión, pregúntele si pagan hoy en día el diezmo y se sorprenderá con su respuesta.
La única ocasión que se menciona el diezmo fuera de la ley, corresponde a UNA vez, cuando el padre de la nación de Israel, Abraham dio el diezmo después de la victoria sobre los reyes que habían llevado prisionero a su sobrino Lot. Fue una sola vez, y no un pago mensual, donde el Espíritu Santo tiene especial cuidado en establecer que "dio" en esa oportunidad el diezmo, pero jamás dice que "pagó el diezmo" como tuercen los falsos maestros de nuestros días. Inclusive en el Nuevo Testamento, en Heb.7:2 y 5, en ambos versículos dice que Abraham "dio" el diezmo. Y no se necesita un nivel educacional sobresaliente para reconocer la gran diferencia que existe entre "dar" como dice la Biblia, y "pagar" como adulteran los mercaderes de la fe.
En cuanto a Jacob, nunca dice la Biblia que cumplió esa promesa (como muchas otras) que hizo cuando huía de su hermano Esaú a quién había suplantado con engaño para obtener con astucia y fraude la primogenitura y bendición de su padre. Si él hubiera dado el diezmo, las Escrituras tendrían que decirlo y ¿A quién se lo hubiera entregado? Todo aquel que diga que Jacob pagó el diezmo, debería ser capaz de citar el pasaje de la Biblia donde dice que lo hizo y a quién se lo entregó.
En el caso de Abraham la Palabra de Dios dice claramente cuando lo hizo y a quién se lo dio, pero la promesa que expresó Jacob se pierde en el tiempo y todo lo que se diga al respecto, no es más que conjetura humana, especialmente de aquellos que tienen intereses particulares en esta materia, pero no podrán mostrar ningún pasaje que diga que Jacob pagó el diezmo, porque eso no aparece en la Biblia.
En Hebreos capítulo 7 también se indica con mucha precisión que ahora en la gracia, no existen los sacerdotes levitas, porque hubo un cambio de sacerdocio y de ley.
Heb.7:12 "Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley".
Además el Señor establece en Su Palabra que ahora en la iglesiaTODOS somos sacerdotes (Ap.1:6), no solamente los que somos pastores como también tergiversan.
Así que cuando Ud. escuche hoy en día a pastores que dicen que "ellos" son los levitas espirituales, sepa ciertísimamente que se encuentra ante un estafador, que con engaño está haciendo ganancias deshonestas.
Venido Cristo, hubo cambio de sacerdocio y de ley. Inclusive el mismo Señor Jesucristo no fue un sacerdote levita.
Estos son los únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento donde se menciona el diezmo. Uno para reprender a los fariseos hipócritas, y otro para recordar a Abraham, el padre de la nación de Israel cuando en una ocasión "dio" el diezmo. Pero nunca se pidió a ningún cristiano pagar el diezmo. Jamás leemos "Oísteis que fue dicho a los antiguos que debían pagar el diezmo (la menta, el eneldo, el comino), mas yo os digo que vosotros ahora debéis pagar el diezmo, las primicias y las ofrendas todos los meses".
En el sermón del monte, donde el Señor confirmó las verdaderas demandas de la ley, no hizo ninguna mención al diezmo ¿piensa alguno que el Señor se olvidó de ese "detalle"?
Si el diezmo fuera una ordenanza para el cristianismo ¿no le parece extraño, que no se menciona ni una sola vez para la iglesia en todo el Nuevo Testamento?
Entonces ¿por qué las iglesias piden el diezmo? Inclusive en algunos lugares hasta publican listas con los morosos para humillarlos públicamente. También aquellos que se atrasan en sus pagos, son castigados separándolos de las actividades que desarrollan en la iglesia.
Aunque es una práctica sin ningún fundamente bíblico para la iglesia, insisten en mantenerla porque es muy lucrativa, esa parece ser la única razón por la cual cobran indebidamente el diezmo.
Esta exigencia que siempre está ligada a fuertes cadenas de superstición con las cuales estos comerciantes de la fe cuidan de atar a sus congregaciones, para atemorizar a los que pretendan escapar de esta "obligación", atemorizándolos con todos los males del infierno que le vendrán si no cumplen con este "deber", y prometiéndoles que las ventanas de los cielos se les abrirán si pagan; sólo puede ser comparada a las practicas gansteriles que realizaba la mafia en los tiempos de Al Capone, obligando a sus víctimas a pagar por su "protección". Quienes no se doblegaban a sus exigencias, quedaban expuestos a las más crueles y brutales consecuencias, todos los ciudadanos honestos debían pagarles mensualmente parte de sus ganancias, para no exponer sus vidas, sus familias y sus negocios.
Para asegurar este pago de "protección" que exigen en la mayoría de las iglesias de nuestros días y no ser alcanzados por ninguno de los "males" que le sobrevendrían si no cumplen con ese pago, no solamente recurren a las estrategias de publicar listas con los morosos, hacer pasar adelante a los que están al día con sus diezmos para estimular su ego y dejar en las bancas a los que están atrasados; sino que el mayor éxito lo han conseguido a través de la superstición y el temor, donde también los "profetas" y agoreras tienen una gran participación con historias que inventan.
Enseñan además en sus iglesias que si alguien no paga el diezmo, le está robando a Dios, y que los ladrones no entrarán en el reino de Dios. Claramente están diciendo que si alguien no paga, no es salvo y en consecuencia se irá al infierno.
Los atemorizan con historias que inventan sobre tragedias que supuestamente le han acontecido a aquellos que no han pagado sus diezmos, o como las ventanas de los cielos se han abierto en bendiciones sobre los que están al día en su pago. Conectan todo lo bueno y lo malo que el ser humano pasa en esta vida terrenal, a una consecuencia directa del diezmo; todo gira en sus vidas supersticiosas en torno a la consecuencia del pago del diezmo.
El ser humano, sea creyente o inconverso, debe necesariamente enfrentar enfermedades (Pablo decía: ¿quién enferma y yo no enfermo?), dificultades y complicaciones que son inherentes a la vida normal, y algunos hasta extremos muy especiales como Job. Pero estos engañadores los convencen que es una consecuencia de no haber pagado sus diezmos, y por el contrario, todo éxito y todo lo bueno que les pueda acontecer, es debido a que están al día en sus pagos. Es una estrategia que se asemeja a las "mandas" de los católicos, o la venta de indulgencias que inventó esa iglesia romanista.
Cualquiera persona que no se haya dejado atemorizar con estas artimañas (aún los inconversos con un criterio formado), tendrá que admitir que el dios que estos líderes religiosos presentan, es un dios que está más interesado en el dinero que en las almas, y que eso no corresponde al Dios que enseña la Biblia.
Los apóstoles condenaron duramente a los que pensaron que podían manipular o influenciar a Dios, por medio del dinero.
Hch.8:20 "Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero". Y cuantos en el día de hoy hacen donaciones para que les vaya bien (sanar, conseguir trabajo, solucionar un problema familiar o hasta amoroso como lo hacen los brujos), lo emplean como una cábala, un instrumento para la buena suerte; eso es pagar una "manda", pretenden comprar el favor de Dios. El Señor de la gloria no es un limosnero.
El diezmo fue una disposición divina para sostener a los sacerdotes levitas, que por ordenanza de Dios, no podían poseer bienes materiales, ninguna propiedad (casa, terrenos, animales, etc.) Y esta era la razón por la cual el diezmo debía ser entregado en especies, NUNCA en dinero.
El pago del diezmo corresponde plenamente al carácter de la ley, los judíos debían primeramente cumplir para luego recibir la bendición. Y estas bendiciones siempre fueron ofrecidas a ellos en cosas materiales.
Dt.28:2 "y vendrá sobre ti estas bendiciones:...más tierras, más animales, más frutos, más hijos, más siervos". Este es el motivo por el cual todos los hombres fieles del Antiguo Testamento, fueron personas muy ricas.
A diferencia de esto, en la gracia, no existe el pago del diezmo ni la promesa de que recibiremos más prosperidad terrenal, por el contrario, ahora nos manda a que no nos hagamos de tesoros aquí en la tierra, sino en el cielo. Las recompensas que espera el verdadero creyente se encuentran en las moradas celestiales que Cristo fue a prepararnos, no acá en la tierra.
Ninguno de los hombres fieles de la iglesia ha llegado a ser rico como consecuencia de su fidelidad. El mismo Señor Jesucristo nos dejó un vivo ejemplo de austeridad, que siendo rico, se hizo pobre; pero obviamente no porque tuviera algún pecado, como mienten con sus estrategias los comerciantes de la fe.
Los primeros cristianos donaron todo a la iglesia, incluyendo sus casas, pero ninguno de ellos llegó a ser rico, como falsamente les prometen hoy los exponentes del evangelio de la prosperidad.
La iglesia siguió durante tres siglos sufriendo pobreza y persecuciones, hasta que se corrompió casándose con la Roma pagana en los días de Constantino, sólo entonces comenzó a enriquecerse.
En el cristianismo no "pagamos" porque sea una obligación ni esperando recibir más. Ahora damos libremente por amor, como propongamos en nuestros corazones.
Si alguien le dice que tiene que pagar el diezmo, entonces ya no sería libremente como propuso en su corazón, sino que sería una imposición.
Si el diezmo no es para la iglesia ¿cómo se financia? Dios ha dejado instrucciones claras y precisas en Su Palabra, nada ha quedado a nuestro criterio.
La gran mayoría puede citar solamente una frase de 2Cor.9:7 "Dios ama al dador alegre" porque eso es lo único que le han enseñado, y esto es porque no escudriñan las Escrituras como lo mandó el Señor.
El versículo completo dice: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad (por ejemplo, para ser sanado o conseguir algún otro favor), porque Dios ama al dador alegre".
Esta es la voluntad de Dios: "Cada uno  (no dice que pague) como propuso en su corazón".
En 1Cor.16 añade: "cada primer día de la semana (el Domingo) cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado".
Si alguno tiene duda cuál es el primer día de la semana, solamente debe consultar con un diccionario y buscar la palabra: Domingo.
El creyente ahora en la Gracia debe dar (no pagar), sin esperar recibir algo a cambio, libremente por amor, según lo que haya prosperado. Lo deberá hacer cada día Domingo (no todos los días de la semana), porque es anti bíblico recoger ofrendas en todas las reuniones, especialmente si son reuniones públicas donde se encuentran visitas presentes que vinieron a escuchar la Palabra, que debería entregarse de gracia (gratuitamente) como ordenó el Señor.
Estoy seguro que si no recogieran ofrendas en todas las reuniones, y lo hicieran como el Señor lo mandó, estos mercaderes de la fe no estarían interesados en realizar reuniones casi todos los días de la semana, y en muchos lugares hasta dos o tres veces por día.
El Señor nos manda que cuando demos, no seamos como los hipócritas, que dan para ser vistos; les gusta pasar adelante con el dinero en la mano para que todos lo vean. A diferencia de esto, el verdadero cristiano no hace tocar trompetas para que todos sepan, Jesús dice que esos hipócritas ya tienen su recompensa, la admiración de los hombres.
El Señor manda que cuando demos algo, que ni tu izquierda sepa lo que ha dado tu derecha.
RESUMEN:
1.- El diezmo fue ordenado por Dios entregarlo en productos a los sacerdotes levitas, NUNCA en dinero, porque era para su sustento diario, no para tener bienes y menos aún para acumular dinero, porque ellos no podían poseer propiedades.
2.- El diezmo "era" de la ley (Mt.23:23). "Según la ley" (Heb.7:5).
3.- En la Gracia debemos ofrendar todos los días Domingo, libremente, como cada uno propuso en su corazón, sin que tu izquierda sepa lo que ha dado tu derecha.
El verdadero cristianismo se basa en lo que Dios ha dicho, jamás en lo que NO ha dicho. Aún el padre de mentiras le decía al Señor: "escrito está". Y el argumento del Señor siempre fue: "escrito está".
Lo que siempre caracterizó a un verdadero profeta de Dios, era que decía: "Así ha dicho el Señor". Hoy los falsos maestros han llegado a la necedad, debido a que no existen versículos de la Biblia que les autorice a pedir el diezmo; pretenden justificar sus prácticas inmorales con un argumento que sólo puede ser aceptado por personas muy fanáticas o ignorantes, dicen: "Muéstrennos un versículo de la Biblia que prohíba cobrar el diezmo".
Con este dicho están haciendo público que el diezmo no es algo que Dios ha mandado para la iglesia, porque son incapaces de mostrar un solo versículo que les autorice, y se ven forzados a torcer el argumento recurriendo a lo que la Biblia NO DICE. Sería lo mismo que un drogadicto se justificara diciendo que en la Biblia no existe un versículo que prohíba la marihuana, o que un católico justifique el credo de los romanistas que María murió, luego resucitó y subió al cielo con cuerpo glorificado, como lo aseguró el Papa Pío XII en el año 1950, total como la Biblia no dice lo contrario, habría que aceptarlo.
Pero todo creyente sincero sabe perfectamente que el cristianismo descansa en lo que la Biblia dice, jamás en lo que NO dice, de lo contrario sería mandamiento inventado por hombres, y Ud. ¿a quién desea obedecer? ¿A Dios, o a los hombres? Seguramente que los tales en su ignorancia desconocen lo que le sucedió a Nadab y Abiú (Lv.10:1-2) por ofrecer fuego extraño que Dios nunca mandó.
¿No desea liberarse de las ataduras de la superstición con que los mercaderes de la fe han amarrado esa obligación impuesta por ellos?
Aprenda a dar libremente por amor, sin esperar nada a cambio. Hágalo sin que su izquierda sepa lo que ha dado su derecha, eso es dar verdaderamente porque amamos al Señor, y no para ser vistos por los hombres. Hágalo sin hacer tocar trompetas como los hipócritas, no esperando recibir nada a cambio, porque no se puede "comprar" el favor de Dios. El Santo no se puede manipular, menos con algo como el dinero.
Quizás llegue a dar lo mismo que el diezmo o más, pero la gran diferencia está en que no será una carga impuesta y la recompensa vendrá del Señor, de lo contrario todo ese esfuerzo será quemado como paja en el tribunal de Cristo.
Tampoco es suficiente que usted se engañe diciendo que el diezmo que doy, es mi ofrenda para el Señor; eso es adormecer su conciencia para eludir su responsabilidad de enfrentarse a la práctica impuesta por los hombres, despreciando lo que el Señor realmente ha mandado. El diezmo no es lo mismo que la ofrenda, uno pertenecía a la ley ("era según la ley"), y la ofrenda corresponde a lo que el Señor ha dispuesto para la iglesia en la Gracia.
No se haga cómplice sustentando un sistema corrupto, porque Ud. deberá dar cuenta un día de cómo ha gastado lo que el Señor le ha confiado. Que su ofrenda sea limpia, sin contaminaciones de sistemas corruptos impuestos por hombres. No presente "fuego extraño que Dios no ha mandado".
Ninguna ofrenda debe tener ingredientes que Dios no ha mandado, de lo contrario, no será acepta por el Señor. Lv.2:11 "Ninguna ofrenda que ofrecieres a Jehová será con levadura ni miel". La levadura es figura del pecado; la miel representa la dulzura del sistema del mundo, Dios no se agrada en aquello, aunque a Ud. le resulte muy dulce.
Obedezca a Dios antes que a los hombres, y finalmente recibirá la bendición del Señor: "Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor" Que así sea, MARANATHA.

lunes, 15 de junio de 2015

Un día mirarás atrás

Un día mirarás atrás, a una vida de conversaciones profundas, íntimas, sobrecogedoras y sinceras que nunca tuviste. Grandes y sólidas oraciones que nunca hiciste. Riesgos estimulantes que nunca corriste. Regalos sacrificiales que nunca ofreciste. Vidas que jamás tocaste. Y estás sentado en un sillón reclinable con un alma marchitada, y sueños olvidados. Y te darás cuenta que había un mundo de necesidad desesperada. Y un gran Dios que te llamaba a ser parte de algo mayor que tu mismo. Ves la persona que pudiste haber sido, pero que no eres. Nunca seguiste tu llamado, nunca saliste de la barca...
‪#‎DG‬

Shari Lithgow

viernes, 12 de junio de 2015

¿QUÉ ES EL PECADO DE MUERTE?

(1 Juan 5: 16, 17) “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte”
Algunos hermanos me han preguntado acerca de qué es el pecado de muerte. El pecado de muerte nada tiene que ver con condenación del alma; tiene que ver con la muerte física, y esto ocurre cuando un verdadero creyente por pecar atrae el castigo divino, y Dios se lo lleva. 
No nos especifica la Palabra en 1 Juan 5, en qué momento podemos saber que tal hermano ha cometido un pecado que hará que sea considerado “pecado de muerte”, por el cual no habrá que pedir, ya que habría atraído definitivamente sentencia de los Alto al respecto.
No obstante en otra sección neotestamentaria podemos ver más acerca del asunto. Veámoslo:
“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, Y MUCHOS DUERMEN. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, SOMOS CASTIGADOS POR EL SEÑOR, para que no seamos condenados con el mundo” (1 Co. 11:27-32).
Cualquier pecado que se cometa sin más, y que colme la tolerancia de Dios, puede desembocar en la muerte física de ese creyente. Ese fue el caso también de Ananías y Safira (Hchs. 5: 1-11). 
Ese fue el caso de aquel caso de inmoralidad sexual de 1 Corintios 5:5, a saber: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.
Ninguna oración intercesora será eficaz a favor de quienes hayan cometido un tipo de pecado tan deliberado e insolente, lo cual significa que la disciplina de Dios con la muerte física es inevitable en esos casos.
El decir en 1 Juan 5, que “Hay pecado de muerte” y que “hay pecado no de muerte”, con ello, la Escritura no nos está haciendo una diferenciación entre “pecados mortales y veniales”, falsa doctrina católica romana, que no existe en la doctrina apostólica, ya que el pecado es pecado y punto. Simplemente, el autor distingue entre pecados que pueden llevar a la muerte física como castigo, y otros que no. 
Sólo es Dios, como Juez, quien determina que pecado es uno o el otro. 
SOLI DEO GLORIA
Miguel Rosell Carrillo

miércoles, 10 de junio de 2015

Cuentos del Pastor: LA SOLITARIA ESPERA DE INÉS

Esa noche ingresé al hospital, donde Inés estaba internada; y fue la única vez que pude acercarme a ella.
Entre saludos y presentación, fueron muy pocas las palabras que pudimos intercambiar.
Había llegado a esas instancias, sin motivos conocidos por la ciencia médica. Buscando una cura, se acercaron hasta los lugares más oscuros. Nada parecía funcionar, y todo seguía el curso hacía un final inevitable.
Mientras considerábamos la posibilidad de futuros encuentros, se le iluminó su rostro albergando una pequeña esperanza; un pastor era lo único que no había probado.
Me despedí con una breve oración, y con la promesa de volver tan pronto como sus hijas autorizaran mis visitas. Pero a ellas nunca les vi, y tampoco me llamaron.
Fui a visitarle en dos oportunidades por mi propia cuenta, pero sin resultado; le habían pasado a la sala de Terapia intensiva, y el acceso se hizo imposible. No había nadie de la familia para autorizar mi ingreso. Inés estaba sola.
El último mensaje que recibí fue este: Están esperando que se muera.
Reflexión:
Inés me hizo pensar en esas actitudes que se están haciendo cada vez más corrientes.
Hijos con crueldad inaudita, se quieren deshacer de sus viejos padres. Esposos y esposas, abandonan sin más a su compañero de juventud. Padres se desentienden de sus hijos pequeños. Hermanos deshacen sus compromisos fraternales, tras la muerte de los padres.
Papá y mamá, ya no son personas significativas; las marcas afectivas con que imprimieron nuestros corazones se borran con facilidad, y prima en nosotros el sentimiento egoísta del bienestar personal.
¿Cuándo la persona deja de ser tal, y se transforma en un “problema” que debe terminar lo más pronto posible?
¿Por qué los lindos recuerdos no sostienen vivo nuestro interés por el otro? ¿Dónde se fueron esos sentimientos que nos ligaban, y comprometían indefinidamente con la otra persona?
¿Dónde está puesto nuestro corazón para que él o ella, se transformen en “algo” de lo que no queremos hacernos cargo?
Pensamos sólo en lo penoso, y en lo trabajoso que será atenderles; y nunca en el bien que podremos ofrecerles.
Y ellos.., ellos no han cambiado. Sólo han enfermado o envejecido.
Que su cuerpo no responda a nuestros deseos egoístas, y alteren nuestros planes y comodidades, no significa que sea su tiempo de partir.
Les aseguro, que es mucho más pesada la culpa creada por nuestra desidia y abandono, que el servicio de amor que podemos entregarles en vida.
Nadie se arrepiente de haber estado, y atendido por amor; pero si se llenará de remordimientos en el futuro por no haber intentado lo mínimo.
Y no tenemos presente el valor de su oración tampoco.
El Sal 71. 9 – 19 dice:
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
Porque mis enemigos hablan de mí, y los que acechan mi alma consultaron juntamente, diciendo: Dios lo ha desamparado; perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro.
Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
Más yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más.
Mi boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día,
aunque no sé su número.
Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir, y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?
Como Inés, muchos mueren solos. Y quizás solo nos tenga a nosotros, como su último recurso.
Acortemos la distancia elevando por ellos aunque sea una corta oración. Que nuestros corazones puedan llegar hasta sus camas, y mostrar el amor del Padre.
Triste final de alguien que es abandonado.., pero más triste y seco el corazón que abandonó.

lunes, 1 de junio de 2015

El caso para el castigo eterno...Un estudio bíblico por Jack Kelley

Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre” (Isaías 66:24).
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12:2).
Entonces dirá también a los de la izquierda: ¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles! Entonces éstos irán al castigo eterno, y los justos irán a la vida eterna” (Mateo 25:41, 46)
Luego la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Todos los que no tenían su nombre registrado en el libro de la vida fueron lanzados al lago de fuego” (Apocalipsis 20:14-15).
Durante la mayor parte de la existencia humana la creencia de que el castigo para las personas incrédulas es eterno se tomó por sentado. Los versículos anteriores son la base para este punto de vista. Se llegó a conocer como el punto de vista tradicional del infierno.
Recientemente un punto de vista alternativo, llamado el punto de vista condicional, ha salido a escena. Este punto de vista se basa principalmente enApocalipsis 20:12 que dice que los muertos no salvos serán juzgados según sus obras. Los proponentes del punto de vista condicional interpretan este versículo como que significa que así como ninguna persona incrédula puede ir al cielo, su castigo en el infierno se basará en la calidad de sus vidas mientras estuvieron en la Tierra. Alegan que las personas que llevaron una vida meritoria en la Tierra pero no son creyentes recibirán un castigo menos severo durante un tiempo más corto que, por ejemplo, Hitler o Stalin, antes de ser destruidas del todo. Alegan que este punto de vista tiene más sentido porque muestra a Dios ser justo, haciendo que el castigo sea de acuerdo al crimen, por decirlo de una manera, antes de acabar del todo, de manera misericordiosa, con su existencia.
Por encima eso parece tener sentido y algunas personas se sienten más cómodas con este punto de vista que con el punto de vista tradicional el cual parece ser demasiado severo para ellas y no sirve de ningún propósito sino hacer que la gente sufra. Pero ¿es el punto de vista condicional el resultado de una mayor ilustración a nuestro entendimiento de las escrituras, o solamente otro intento en la larga lista para escribir de nuevo la palabra de Dios y que sea un documento más suave y amable en cuanto se relaciona con las personas que lo rechazan a Él?
Mis caminos no son los caminos de ustedes
Un vistazo más detenido revela que la idea de un infierno condicional decididamente está predispuesta en favor de la cosmovisión de los incrédulos. Los defensores del infierno condicional dicen, “Todo lo que ellos hicieron fue no creer que Jesús murió por ellos. Aparte de eso muchas personas incrédulas trataron de vivir una vida buena y ayudaron a un buen número de personas en su camino. ¿Por qué van a merecer el castigo eterno?” (Observe el énfasis en las buenas obras aquí.)
Lo que estas personas parece que no realizan es que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Ninguna cantidad de buenas obras y amabilidad hacia los demás podrá cubrir la deficiencia de la incredulidad. La verdad es que habrán fracasado en cumplir lo único que Dios requiere de ellas.
Entonces le dijeron: «¿Y qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?»
Jesús les respondió: «Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.» (Juan 6:28-29).
Si Dios va a juzgar a las personas incrédulas por cómo hicieron la obra que Él requirió de ellas, eso terminará rápidamente porque sin la fe en Jesús aún lo bueno que pudieron haber hecho es considerado una maldad ante los ojos de Dios. ¿Cómo sé eso? Lea las palabras del mismo Señor.
En aquel día, muchos me dirán: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Pero yo les diré claramente: Nunca los conocí; apártense de mí, obreros de maldad” (Mateo 7:22-23).
Esas personas alegarán que han hecho milagros en Su nombre, pero el Señor negará siquiera haberlos conocido, llamándolos obreros de maldad. ¡Hasta aquí el valor de una vida meritoria aparte de la fe en Él!
Y en Juan 15:5 Él dijo, “Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer.
Las personas incrédulas no creen que rechazar al Señor sea una gran cosa porque no se dan cuenta que el rechazo en Su sacrificio por sus pecados tiene consecuencias eternas. Debido a su incredulidad solamente están pensando en términos de un lapso de vida de 70 a 80 años, y no en una existencia eterna. Así que echémosle un vistazo a esto desde la perspectiva eterna y tratemos de entender lo diferente que eso es.
Primero entendamos que a un hombre que es ejecutado o pasa toda su vida en prisión por haber matado a alguien, no se le está enseñando que matar es malo. Él está sufriendo las consecuencias de su crimen por haber perdido el balance de su vida física. Eso es una adaptación del mandamiento jurídico bíblico de una vida por una vida (Levítico 24:17). En la Tierra nosotros estamos en un ambiente físico por eso es una vida física por una vida física.
Pero una persona que rechaza el perdón que Dios le ha proveído, en efecto ha asesinado su propia alma y espíritu. Ambos son eternos, así que debe de haber una consecuencia eterna de acuerdo al crimen. Nuestros cuerpos físicos solamente tienen la intención de servir un propósito temporal, y eso es el albergar la parte eterna de nosotros durante un rato. Comparado a nuestra existencia eterna, matar nuestra existencia física es una infracción menor. Rehusar aceptar la obra completa del Señor en la cruz como pago completo por nuestros pecados es un crimen en contra de nuestra vida eterna y por lo tanto el único castigo justo es el castigo eterno.
¿Todas las personas están destinadas al infierno?
Recientemente alguien me desafió a demostrar en la Biblia que toda la humanidad está destinada a irse al infierno. Él dijo que con eso él quería decir un lugar real en donde uno pasaría toda la eternidad. Esta persona, como muchas otras, no se da cuenta que el infierno no es un destino eterno, sino solamente un lugar temporal de tormento mientras uno espera su juicio final. Entonces primero veamos si existe un lugar que dice que todos están destinados al infierno.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un solo hombre, y por medio del pecado entró la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).
Una lectura superficial de este versículo puede hacer que uno concluya que Pablo solamente estaba hablando de la muerte de un cuerpo físico aquí. Después de todo fue el pecado que entró en el mundo el que causó que la vida del ser humano cambiara de inmortal a mortal.
Pero si continuamos leyendo y tomamos todo el pasaje en su contexto vemos que Pablo no estaba solamente halando de la muerte física. Por ejemplo, enRomanos 5:18 él escribió, “Así que, como por la transgresión de uno solo vino la condenación a todos los seres humanos, de la misma manera por la justicia de uno solo vino la justificación de vida a todos los seres humanos.”
Aquí podemos ver que él tenía que estar hablando acerca de la vida eterna porque el único acto de justicia del Señor no previno que los cuerpos físicos de las personas creyentes no murieran.
Por consiguiente, puesto que todos somos pecadores todos estamos condenados. Pero al aceptar la muerte del Señor como pago total de nuestros pecados es que nosotros podemos escapar la condenación y la muerte y en su lugar, recibir la justificación y la vida eterna.
¿Qué dice la Biblia?
La narración del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31) nos brinda el cuadro más claro en la Biblia de lo que sucede después que morimos. A comparar lo que les sucedió a estos dos hombres, la diferencia en sus experiencias se hace obvia.
Cuando Lázaro murió fue llevado a un lugar que los judíos llaman el lado de Abraham porque Abraham, padre de los que tienen fe, estaba allí para consolarlos. Pero cuando murió el hombre rico se fue al infierno (en griego hades). Abraham y el hombre rico podían verse mutuamente y comunicarse entre sí, así que por eso sabemos que el lado de Abraham y el Hades estaban localizados en un lugar general.
En el Antiguo Testamento estos dos destinos eran conocidos con un solo nombre, Seol, la “morada de los muertos.” Después de morir, todas las personas iban a ese lugar. Es a dónde el espíritu de Jonás fue mientras su cuerpo languidecía en el vientre del gran pez (Jonás 2:2, 6).
Del Nuevo Testamento sabemos que el Seol contenía dos compartimientos los cuales estaban separados por un gran abismo, imposible de cruzar (Lucas 16:26). A un lado estaba el lugar de consuelo a dónde iban las personas creyentes a esperar que el Cielo fuera abierto después de la cruz. Es en este lugar dónde Lázaro se encontraba. En el idioma griego se le llamaba Paraíso, un nombre que evocaba recuerdos del Jardín del Edén.
El otro lado era un lugar de tormento reservado para las personas incrédulas, y allí es adónde se encontraba el hombre rico.
Después de Su resurrección, Jesús se llevó con Él los espíritus de las personas creyentes del Paraíso al Cielo (Efesios 4:8). Las que se encontraban en el infierno permanecerán allí en tormento hasta el juicio al final del Milenio, el cual está a más de 1000 años de nuestro tiempo. En ese momento, Apocalipsis 20:14 nos dice que la muerte y el Hades entregarán sus muertos y cada persona será juzgada según lo que haya quedado anotado en los libros que se guardan en el Cielo. Todas las personas cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida serán lanzadas al lago de fuego, lo cual es la segunda muerte. El lago de fuego es el destino final de todas las personas incrédulas. Ahora veamos por cuánto tiempo van a permanecer en ese lugar.
Al momento de la 2da Venida, el Señor conducirá el juicio de todos los seres humanos que todavía están vivos en la tierra (Mateo 25:31-46). Las personas de todo el mundo serán traídas ante el Señor para que Él determine la condición espiritual de ellas. A quienes Él juzgue como personas creyentes serán bienvenidas en el Reino Milenial (Mateo 25:34) para repoblar la tierra. Las personas que no lo son serán removidas y llevadas al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). Apocalipsis 19:20 y Apocalipsis 20:10nos dicen que eso es un lago que arde con fuego y azufre, mientras queApocalipsis 20:14 simplemente lo llama el lago de fuego. Se refieren al mismo lugar, el destino final de todas las personas incrédulas.
Es un error solamente leer Apocalipsis 20:10 y llegar a la conclusión de que solamente el diablo, el anticristo y el falso profeta serán atormentados para siempre. Es un error solamente leer Mateo 25:46 y concluir que únicamente las personas sobrevivientes incrédulas de la tribulación serán castigadas para siempre. Y es un error solamente leer Daniel 12:2 y concluir que únicamente las personas incrédulas de tiempos del Antiguo Testamento son las que sufrirán vergüenza y confusión perpetua (aborrecimiento). Todas las personas incrédulas de todas las épocas irán al mismo lugar, el lugar de castigo eterno, y todas sufrirán eternamente.
Y eso no es todo
Pero todavía hay un argumento legal más poderoso para el castigo eterno el cual durante siglos fue modelado en la existencia humana también. Hasta mediados del siglo 19 era una práctica común en muchas partes del mundo encarcelar a una persona por no poder pagar sus deudas. El tiempo en la cárcel no era un método alternativo para pagar las deudas, sino era la consecuencia que sufrían por su incapacidad de poder pagarlas. No importa cuánto tiempo pasaban encarceladas, las personas todavía debían lo mismo de la deuda que tenían como en el primer día detrás de las rejas. Solamente podían ser liberadas al pagar el dinero que debían. Jesús se refirió a esa práctica en Su parábola de los dos deudores (Mateo 18:23-35)
Y es lo mismo con nuestros pecados. El castigo no es un método alternativo que las personas incrédulas puedan usar para pagar el castigo por sus pecados, sino que es la consecuencia que sufrirán por su incapacidad de poder pagar el castigo. No importa por cuánto tiempo sufran en la eternidad, todavía deberán el mismo castigo como cuando empezaron en el primer día. El único pago aceptable por el pecado es la sangre de una persona inocente, y nada más será suficiente. Hebreos 9:22 explica que sin derramamiento de sangre no hay perdón. Por consiguiente, nadie podrá pagar su deuda por medio del sufrimiento.
Este es el error fatal del concepto católico del purgatorio. Consiste en que una persona que muere con ciertos pecados no confesados puede pagar con su sufrimiento el castigo de esos pecados y las oraciones intercesoras de parientes vivos para poder calificar y entrar en el cielo. Pero solamente hay una manera para que los seres humanos puedan calificar para entrar en el cielo, y esa es aceptando la sangre de Jesús como el pago completo por nuestros pecados (Juan 3:3). Una vez que hacemos eso, todos nuestros pecados quedan cubiertos (Colosenses 2:13-14). Pero tenemos que hacerlo antes de morir (Hebreos 9:27) pues de otra manera ya es demasiado tarde.
También es un error en el punto de vista condicional del infierno. Si la sangre de Jesús es la única manera de ser liberados del castigo por nuestros pecados, entonces no existe ninguna liberación para quienes lo rechazan. No importa lo numerosas o notables que hayan sido las “buenas obras” que las personas incrédulas hayan realizado durante sus vidas, las mismas no podrán ser aplicadas para reducir su sentencia, como tampoco el “tiempo servido” después que hayan muerto, así que siempre estarán debiendo la misma pena que debían en el primer día de su encarcelamiento.
El resultado final es que el único pago aceptable por nuestros pecados es la Sangre de un hombre sin pecado, y el único hombre sin pecado es Jesús. Él murió por todos los pecados de la humanidad (Juan 1:29) pero solamente las personas que elijan aceptar Su muerte como pago de sus pecados podrán ser perdonadas (Juan 3:16). Rehusando aceptarla deja al resto incapaz de poder pagar y eso requiere que sean encarceladas. Puesto que las personas son seres eternos, y han cometido crímenes en contra de la eternidad, y puesto que nunca podrán pagar su deuda, tendrán que permanecer encarceladas para siempre.
Es mi oración ferviente que si usted está leyendo este artículo y no ha aceptado la muerte del Señor como el pago completo por sus pecados, no deje pasar un día más sin hacerlo. Ninguno de nosotros tiene el privilegio de conocer el número de días de nuestra vida. Cada nuevo día puede ser el último. Por favor no se tarde. Selah. 31/05/15