viernes, 12 de junio de 2015

¿QUÉ ES EL PECADO DE MUERTE?

(1 Juan 5: 16, 17) “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte”
Algunos hermanos me han preguntado acerca de qué es el pecado de muerte. El pecado de muerte nada tiene que ver con condenación del alma; tiene que ver con la muerte física, y esto ocurre cuando un verdadero creyente por pecar atrae el castigo divino, y Dios se lo lleva. 
No nos especifica la Palabra en 1 Juan 5, en qué momento podemos saber que tal hermano ha cometido un pecado que hará que sea considerado “pecado de muerte”, por el cual no habrá que pedir, ya que habría atraído definitivamente sentencia de los Alto al respecto.
No obstante en otra sección neotestamentaria podemos ver más acerca del asunto. Veámoslo:
“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, Y MUCHOS DUERMEN. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, SOMOS CASTIGADOS POR EL SEÑOR, para que no seamos condenados con el mundo” (1 Co. 11:27-32).
Cualquier pecado que se cometa sin más, y que colme la tolerancia de Dios, puede desembocar en la muerte física de ese creyente. Ese fue el caso también de Ananías y Safira (Hchs. 5: 1-11). 
Ese fue el caso de aquel caso de inmoralidad sexual de 1 Corintios 5:5, a saber: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.
Ninguna oración intercesora será eficaz a favor de quienes hayan cometido un tipo de pecado tan deliberado e insolente, lo cual significa que la disciplina de Dios con la muerte física es inevitable en esos casos.
El decir en 1 Juan 5, que “Hay pecado de muerte” y que “hay pecado no de muerte”, con ello, la Escritura no nos está haciendo una diferenciación entre “pecados mortales y veniales”, falsa doctrina católica romana, que no existe en la doctrina apostólica, ya que el pecado es pecado y punto. Simplemente, el autor distingue entre pecados que pueden llevar a la muerte física como castigo, y otros que no. 
Sólo es Dios, como Juez, quien determina que pecado es uno o el otro. 
SOLI DEO GLORIA
Miguel Rosell Carrillo

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